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—¿Alguna vez abriste este libro?

—Aziraphale jamás lo habría permitido. Intenta tocar uno de sus preciados libros en su presencia; te cortaría las manos...

—Bueno... Él no está aquí ahora...

—...Nunca había visto este... Tiene una apariencia extraña...

—Es un cuaderno de dibujos. Muriel lo encontró en una estantería secreta; deberías ver alguno de sus trabajos...

—...No sabía que tuviera esta gracia... Sabía que era un alma sensible y todo eso, pero...


"¿Cómo un dibujo tan simple podía quitarle las palabras de esa manera?"





Es que, en verdad, no era un simple dibujo; muchas de las emociones de Aziraphale estaban plasmadas a la perfección en aquellos trazos

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Es que, en verdad, no era un simple dibujo; muchas de las emociones de Aziraphale estaban plasmadas a la perfección en aquellos trazos. Todos los dibujos representaban, en esencia, lo mismo: un ángel y un demonio, a través de diversas situaciones; siempre unidos.


—...Al parecer se inspiraba mucho en esa relación que dices que nunca tuvieron...

—...Tal vez sí éramos importantes... para él... Pero no lo suficiente.

—Oye...

—¡Por algo ya no está aquí! ¡Está claro que quiere más a Dios y al Cielo! ¡Nunca me habría elegido por encima de eso! Toma; regresa ese cuaderno, y déjame seguir sufriendo en paz...

—¡Ay, no seas dramático!

—¡Tú no metas más tus narices en lo que no te importa!

—¡Bien! ¡Como quieras!



Aziraphale tenía la esperanza de que la lluvia parara pronto, y el viento dejara de soplar con tanta fuerza; de esa forma, le sería más fácil bajar del árbol sin resbalar y caer, o peor: rasgar su saco con alguna rama.

—¡Espera! ¡Déjame ayudarte!

—¡Señor, se está empapando! ¡Vea nada más la lluvia que está cayendo!

—¡Tú también, ¿cierto?! ¡Ahora te traigo una escalera!



—¡Ugh! ¿Cómo voy a limpiar todo este lodo? ¡Y la savia! ¡Pero qué desastre!

—¡Eres un ángel! ¡Sacude un poco tus manos y desaparece la suciedad!

—...Sería un milagro tonto... ¡Ah! ¡Pero...! ¡Si me acaban de expulsar del Cielo! ¡Ya no soy un ángel! ¡¿Por qué no estoy en el Infierno?!

—Dios debe tener una debilidad por ti... No creo que te quiera en el Infierno...

—...Pero... caí... ¿no? ¿Qué soy ahora?

—Lo mismo que yo: un ángel independiente. No le servimos al Cielo, pero tampoco merecemos estar allí abajo...

—...Eso es... confuso...

—No todo es blanco y negro; también existe una enorme escala de grises... Nosotros estamos en alguna parte de esa escala.

—...¿Es por eso que vistes de gris?

—...Me gusta el color...

—Te queda muy bien.

—Gracias. Soy Athatriel.

—Aziraphale.

—¿Te gustaría algo del estilo de este traje?

—Oh, no, gracias... —Con un movimiento sutil de su mano derecha, transforma su atuendo en un elegante conjunto de colores más oscuros—. Cuando se trata de ropa, prefiero los matices de café.

—¡Hm! Clásico y moderno...


—Agradezco mucho tu hospitalidad, Athatriel... No quisiera molestarte más, pero-

—¿Quieres que te lleve hasta Londres?

—...Tú... ¿Cómo...? Bueno... sí.

—No hay problema. Tengo auto. ¿Es urgente?

—No sé si urgente... Me urge... ver a alguien... Pero no sé si... en realidad es urgente...

—Suena a que lo es...

—...Lo es...

𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔: "𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora