⁴²

38 2 0
                                    

¡CRACK!


La espada se desintegra antes de tocar el cuello del Serafín; como una ola expansiva, una fuerza invisible arroja al Arcángel contra la pared, desapareciéndolo en un estallido de luz.


Miguel cae del Cielo, directamente a las fauces del Leviatán.



La plaga se expande.

Metatrón se libra de Asmodeo, convirtiéndolo en un escorpión. Pero antes de poder matarlo, Lilith arroja sobre él su aliento de fuego, descorporándolo.

—¡No tienen idea de lo que han hecho! ¡La plaga nos matará a todos!

—¡Ya me tienes harta! —La mujer pone violentamente su mano sobre el hombro de Saraqael, quemándolo hasta la muerte.

—¡Crowley! ¡Vamos!

—¡DÉJENME!

Una legión de demonios —encabezada por Jarib— llega por el portal y pronto inunda todo el lugar.

—¡DESTRÚYANLO TODO!

—¡TENEMOS QUE IRNOS, CROWLEY!

—¡Váyanse por el portal! —Les grita Jarib—. ¡Háganlo, si quieren vivir!

Batariel y Turiel ayudan a Crowley a llevar a Aziraphale.



En el Infierno, las cosas no están mucho más tranquilas que en el Cielo. Aún así, Crowley y el resto logran hallar y llegar a un ascensor; en tan sólo unos minutos, se encuentran a salvo de regreso en la librería.



Aziraphale es acostado en su cama, casi inconsciente. Junto a él aguarda todo su círculo de amigos sobrenaturales: Crowley, Batariel, Turiel, Athatriel, Daniel, Agniel, Lilith, Asmodeo, Lilit, Eva, Muriel, Gabriel y Belcebú.

Crowley se arrodilla a su lado y toma su mano, acariciándole suavemente la frente. Entonces el ángel vuelve medianamente en sí.

—...Ángel...

—Estoy aquí...

—Sólo el alma de un demonio puede eliminar el fuego infernal de un cuerpo, Aziraphale...

—...Crowley...

—Lo sé.

El pelirrojo se aferra con ambas manos a la de Aziraphale; un aura brillante surge entre ambos, envolviendo sus seres.

Ángel y demonio intercambian cuerpos.

Con el cuerpo de Aziraphale, Crowley expulsa las balas y elimina el fuego infernal, sanando las heridas. Le ha salvado la vida.

—...Qué guapo estás —dice entre risas al quitarle las gafas, mirándolo a los ojos. Aunque sean los suyos, puede reconocer en ellos a su alma gemela.

Aziraphale le toma delicadamente del rostro y le besa. Sus cuerpos vuelven a iluminarse, y regresan a la normalidad.

—...Si quieren los dejamos solos...

El ángel abre la boca, pero no llega a responder; se queda mirando el rostro de Crowley, en el que nota algo extraño.

—...¿Qué pasa?

—...Tu familiar... No está...

—...No... —Se toca la mejilla, ahora vacía. El demonio puede observar que su serpiente se ha mudado al rostro del otro, descansando debajo de su patilla rubia—. Está contigo, ahora. Es parte de ti, como yo...

𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔: "𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora