INFIERNO
—Escuché que deshiciste un milagro del mismísimo Jesús...
—Sí. No fue difícil. Era un milagro bastante sencillo.
—...Y, no obstante, fuiste el único capaz...
—...Supongo que tengo un don para esos asuntos de los familiares...
—...Eres bastante poderoso, ¿no, Gaap? Haces lo que quieres; te unes a las legiones de Shax, luego ayudas a un ángel... Y no te importa dejar tirado a uno de los Duques del Infierno. No le tienes miedo. ¿Qué te hizo dejar de servir a Shax?
—No ganaba nada con su plan. No le interesa detener las plagas; sólo aniquilar a los Arcángeles. Los océanos —mis territorios— y todas mis legiones, serían destruidos antes del combate.
—...Todavía tenemos tiempo de evitar que eso ocurra...
—...¿Cómo puedo ayudarte?
—...Voy a necesitar algo de apoyo para subir de regreso al Cielo, y acabar con ellos. No tiene que ser una gran legión...
—...Puedo arreglarlo.
—Está hecho, entonces.
—...Una cosa más: ¿Cómo debería llamarle ahora?
—...Jarib. Creo que es un nombre más que apropiado para mí, en esta nueva etapa...
CIELO
Silencioso y vacío; el Cielo realmente no es como lo pintan. Nada de gloria, ni felicidad eterna, ni nubes. Sólo una oficina enorme, blanca, vacía y sin gracia. Probablemente el único mueble en aquella habitación era el escritorio en donde la han dejado amarrada.
En medio de tanta quietud, por fin le viene una sensación: la herida en la rodilla, quemándole otra vez. Y esa criatura espantosa —está segura de que eso es—, caminándole por la pierna. Ya que sus manos están atadas, no puede forcejear mucho para quitársela de encima, por lo que se sigue arrastrando por su cuerpo, hasta llegarle al cuello.
—...No... Aléjate... —balbucea, entorpecida por la mordaza—. ¡Para!
Podrías liberarte muy fácilmente, si tan sólo confiaras y te relajaras...
Por algún motivo, Lilit decide escuchar este pensamiento. Algo en su interior le asegura que es lo que debería hacer.
La sensación de la criatura moviéndose sobre su cuello es verdaderamente desagradable. Pero pronto desaparece.
Las cuerdas comienzan a aflojarse, resbalando de sus muñecas; también la mordaza se afloja y se le cae, como las cuerdas de las piernas.
El escritorio y la silla ahora le quedan grandes. Ha tomado la forma de la criatura: un dragón de Komodo —un lagarto de mayor tamaño del que había supuesto—.
Los secuestradores vigilan al otro lado de la puerta.
¡CRACK!
—¡AAAH! ¡¿QUÉ RAYOS ES ESA COSA?!
—¡Un animal!
—¡ES UNA BESTIA HORROROSA!
—¡ES UNA CREACIÓN DE DIOS! ¡No la llames "horrorosa"!
El lagarto se lanza sobre la pierna del hombre para morderle.
—¡AAAAGH! —Rápidamente, el veneno de la mordida se expande por toda la pierna, y luego por el cuerpo, quemándole la piel hasta reducirlo a cenizas.
—¡Maldito demonio! —La mujer intenta golpearlo, pero el animal se le prende del cuerpo y le devora la cara.
TING
La segunda trompeta anuncia en todo el planeta que la liberación de la siguiente plaga está cerca de ocurrir.
Aziraphale se toma un momento antes de salir del ascensor. Todavía se siente inseguro con el plan —¿Cómo alguien podría vencer al Cielo, que es superior a toda fuerza y creación?—; pero está convencido de que la Tierra y su propia libertad son cosas por las que vale la pena arriesgar su vida.
—Ahora tienes que salir, ángel —le insta la voz de Crowley.
—Ya lo sé —susurra en respuesta.
Llegando al primer corredor, se topa con tres ángeles que se acercaban conversando.
—...¿Se supone que usted esté aquí?
—...Eh... Sí... Tengo una reunión... con Miguel... ¿Por qué no duermen un rato?
—...¿"Dormir"?
El ángel sopla sobre la palma de su mano izquierda, haciéndoles caer en un profundo sueño.
—Qué pésima seguridad tienen por aquí...
—Imaginábamos que volverías... —Saraqael ya lo esperaba, observando desde el pasillo opuesto.
—...Ay... Diantres...
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𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔: "𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎"
Fiksi PenggemarEl final de la segunda temporada nos deja a la espera de otra amenaza que llega desde el Cielo: la Segunda Venida de Cristo. Aziraphale deberá decidir, definitivamente, a qué bando se unirá; mientras tanto, Crowley intenta sobrevivir a un corazón ro...