PUERTO DE ALEJANDRÍA
Shax y sus miles de seguidores aguardan junto al mar, abarrotando el puerto.
—El Leviatán no se puede equivocar; por algo nos guió hasta este lugar. Sólo hay que esperar. Tarde o temprano llegarán... Debemos ser pacientes...
Toc toc toc toc toc.
—¡Niña! ¿Sigues ahí? ¡Lilit!
Haciendo caso omiso a los llamados de Daniel, Lilit se concentra en despedazar las cortinas del estudio y crear con ellas una cuerda improvisada lo suficientemente larga para bajar hasta la calle.
Sus pies resbalan en dos ocasiones antes de llegar a la acera; en la segunda, un golpe en la rodilla contra el borde de la ventana hace que le sea imposible caminar bien.
Lilit avanzó todo lo que pudo, hasta que el dolor fue demasiado. Le ardía, como si se hubiera quemado; cuando se remangó el pantalón, vio sobre la herida una especie de lagarto que se movía a su alrededor; no estaba, en realidad, sobre su piel, sino en su piel, como la gata de Eva.
—¡AGH! ¡¿Qué cosa es esta?! —Intenta quitarse al animal, frotándose la rodilla—. ¡No, no, no, no, no...!
Las personas en la calle se le quedan mirando, por lo cual decide mejor calmarse y seguir caminando —luego corriendo—.
Para antes de las cuatro de la tarde, Lilit ya estaba de regreso en su casa.
Todo seguía como la última vez: las ventanas estaban cerradas, la basura acumulada junto al contenedor y la entrada algo empolvada.
Toc toc toc.
—¿Papá? ¡Pa! —Prueba a girar el pestillo; la puerta está abierta—. ¿Hola?
Hay una extraña sensación de quietud en el ambiente. La niña se mueve sigilosamente por la casa, como si ya supiera que algo anda mal.
La última habitación del segundo piso es la "oficina". Lilit abre lentamente la puerta, y...
—¡AAAAAH! ¡AAAH! ¡PAPÁ!
El hombre yacía muerto junto a las estanterías; por las moscas, era claro que llevaba allí un par de días.
La van tiene ya un buen rato de estar estacionada frente a una casa abandonada, a menos de un kilómetro del puerto. Para pasar el tiempo, Belcebú y Gabriel les enseñan al resto la letra de su canción, haciéndola sonar en la radio.
—"Everyday..."
—"...It's a gettin' closer...."
—...Nop. No lo aguanto más.
Fastidiado, Crowley sale del vehículo y entra a la casa. Aziraphale no demora en seguirle.
—¿Qué sucede?
—Nada. Esa van de cuarta, y... todos ellos... No lo soporto... —Empieza a sollozar—. Extraño tanto a mi Bentley...
—...Querido... Creo que necesitas descansar un poco... Ven; busquemos algún rincón acogedor... Tal vez podríamos acondicionar ligeramente este lugar...
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𝑮𝒐𝒐𝒅 𝑶𝒎𝒆𝒏𝒔: "𝐿𝑎 𝑆𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑎 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑑𝑎"
FanfictionEl final de la segunda temporada nos deja a la espera de otra amenaza que llega desde el Cielo: la Segunda Venida de Cristo. Aziraphale deberá decidir, definitivamente, a qué bando se unirá; mientras tanto, Crowley intenta sobrevivir a un corazón ro...