S E B A S T I A N
— Que se cree la morra también, pinche coraje me dio, neta. — Soltó Alana con una mueca, mientras que barca la calmaba por la espalda.
Nos encontrábamos afuera del local donde había ocurrido la conferencia, esperábamos impacientes a rivers y bella que se encontraban hablando cosas con ibai. Ya tenían más de media hora y no salían y me estaba ligeramente preocupando.
Mis amigos y yo preferimos sentarnos en una banqueta. De repente el primero en hablar sobre lo que había ocurrido fue Juan. Después todo se descontroló.
Yo preferí quedarme callado, aún que si me había molestado como aquella chica hacía drama por nada. Lo que me tenía más nervioso era la cita.
O si podría llamarse cita, ¿verdad?
Tal vez a bella se le olvidó. Habíamos acordado más tardar a las diez, pero pasaban de las diez.
Entendía que estaba ocupada, lo sabía, pero aún así no podía evitar pensar en mil cosas. En sentirme mal.
— Dice rivers que ibai las invitó a una cena con los demás boxeadores, que nos vayamos llendo a la casa o fuéramos a cenar aparte. — Aviso abi de repente leyendo su celular, suponiendo que el mensaje de la rubia.
Mi corazón tembló enseguida.
— Bella también ira? — Preguntó Aldo por mi.
Puse más atención a ello. En cuanto Ari asintió con una pequeña sonrisa no pude evitar sentirme mal por un momento, fingí que no pasaba nada y me levanté de donde estaba, me coloque los lentes obscuros y en silencio me cruce de brazos.
Supongo que se le olvidó. Pensé.
— Pues vayamos a cenar mejor, no? — Propuso barca.
Todos estuvieron de acuerdo.
— Chicos, yo creo que me iré a la casa, tengo sueño y no creo tener apetito ahora. — Llame la atención de los demás.
Osvaldo me miró extrañado, no se comió aquella mentira.
— Enserio?, quieres que te llevemos algo al rato? — Ofreció ama.
— No, igual si me pega hambre pido algo, no se preocupen. — Me encogí de hombros.
— Yo voy contigo wey. — Me dijo valdo.
Negué enseguida.
— No, disfruta con los demás, no te detengas por mi. — Me hice el sonriente por un segundo.
Osvaldo negó. — Si, aprovechando podemos hablar, no crees?
— No neta wey, no es por nada pero quiero estar solo. — Le confesé por lo bajo.
Osvaldo suspiró.
— Bueno, por lo menos déjame pedirte el Uber y te espero hasta que llegue. — Se ofreció.
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Doble vida | Roier
FanfictionLas reglas de la amistad siempre fueron tentadoras para Sebastián y bella. « Así que decidieron romperlas para saber lo que era correr un riesgo peligroso.» 〼 A Roier fanfic: Part one [Finalizada] 〼 female oc...