Capitulo cuarenta | Como el

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 B E L L A

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B E L L A

Sonreí con emoción al ver el discord lleno de gente, no hace ni diez segundos que en la llamada solo éramos yo y mi amiga biyin.

Estaba contenta, muy fascinada en realidad. Me había disculpado con Sara después de haber cancelado nuestro plan de hacer algo en directo después de lo que pasó con Sebastián.

Ella no se molestó, al contrario cambió la fecha para hoy. Y eso me hizo sentir más alivianada. Sara era un amor de persona.

Jamás pensé que ella se fijaría en mi.

Aún que..

Claro.

Siempre hay una razón para que una persona como ella, realmente más conocida que yo, se de cuenta que existes, ¿verdad?

La velada del año provocó muchos cambios en mi vida, tanto como malos a buenos, o buenos a malos. Ya sea confesarle a mi mejor amigo que estaba enamorada de él y después él me mandara a la mierda, o como hacerme mundialmente más conocida en la parte de hispanohablante en twitch.

Mi combate victorioso contra abby, fue una pieza para encajar en la comunidad. Y estaba contenta con ello, recibí muchas felicitaciones de gente que jamás pensé hablar, y de hacer un lindo grupo junto a una gran comunidad, gracias a este cambio.

Cuando me enteré la situación en la que Abby y Sara estaban envueltas, a causa de sus parejas. Entendí por qué esta me mandó un mensaje con una felicitación. No me lo tome a mal, pero gracias a él chisme, nos volvimos conocidas.

Decir amigas, es algo muy precipitado.

Por otro lado también esas pequeñas interacciones me hicieron conocer a amigos de quackity. Que últimamente este a estado más en confianza conmigo, era un gran amigo. La persona más divertida que e conocido, no antes que osvaldo. Pero, ¿Por qué no lo conocí antes?

Me hizo un hueco en una serie que tenía conformada llamada, qsmp. Al parecer la gente amaba aquello. No estaba siempre presente, pero cuando podía estaba, había conocido a gente increíble gracias a ese servidor.

— Oye creo que estás muteada no, isa? — Escuché perfectamente la voz del niño prodigio.

No me gustaba que me llamasen por mi primer nombre, por alguna razón ahora me estaba gustando.

— No no, es que no había hablado. — Le respondí entre tanto murmullo.

Este hizo un sonido que no entendí muy bien.

— Pero bueno, que mal educada, uno que viene de buena onda a saludar y tú no respondes! — Se quejó dramáticamente.

Me podía imaginar perfectamente la imagen mental de él justo ahora.

— No seas un llorón, axozecerdo. — Intervino imantado con su acento andaluz.

Reí.

— Calla rata. — Se defendió este.

Doble vida | Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora