Capitulo cincuenta y seis | Regla numero 1

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I S A B E L L A

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I S A B E L L A

La fiesta estaba siendo perfecta. No podía estar más feliz al disfrutar con mis mejores amigos, mi hermana y.. bueno, Sebastián.

No sabía que éramos. Pero estaba segura que éramos algo.

Y era un buen comienzo.

— Oye bee, puedes ver si hay más refrescos en la heladera de la cocina? — Me dijo felix que estaba ocupado intentando ganar un juego de cartas junto a Juan y Osvaldo.

Asentí sonriente.

— Claro, que quieres? — Pregunté.

— Una coca cola, por favor. — Me miró enseñándome una sonrisa ladeada.

Me levanté del sofá pasando de largo por el pasillo sintiendo la mirada de Sebastián seguirme, logrando ponerme nerviosa.

Era inevitable. Injusto lo que lograba causarme, con un simple roce, una mirada, lograba ponerme el mundo de cabeza.

Me di cuenta lo tontamente enamorada que estaba de él.

¿Quien lo iba a pensar? Cierto?.

Aquella sonrisa tonta que tenía en mi rostro desapareció cuando escuché cuchicheo en la cocina, una voz molesta me hizo detenerme en medio del pasillo y esconderme detrás de la pared.

Pensé enseguida que sería mala idea entrar ya que parecían tener una discusión allá adentro. Pegue mi oreja a la pared para escuchar mejor, de reojo miré los rostros de mi hermana y ronaldo.

El era el que estaba hablando ahora.

— Como puedes hacerle eso a tu propia familia rivers. Creí que yo me pasé de pendejo con ella, pero creo que tú me ganaste. — Soltó este con un tono molesto.

— Enserio te vas a poner a comparar eso Ronaldo?, tenemos que apoyar a sam, no a bromear con esas cosas. — Soltó, ¿Ari?

Fruncí el ceño.

— No puedo creer que tú todavía la defiendas, bella no es tu amiga también? — Intervino Aldo con un tono amargo.

¿Dijeron bella? ¿Escuche mal?

— Miren ya dejen de pelear, se que hice mal, no se como decirle, ahora la veo súper contenta y me duele saber que yo misma fui la que la cagué en su relación que tiene con el. — Hablo mi hermana.

El. ¿Quien es el?

— Tuviste la oportunidad perfecta de decirle en el momento exacto, ahora después de meses quieres decirle hoy. A días de su cumpleaños. ¿Quieres verla mal adrede? — Le replicó Ronaldo.

Si. Estaban hablando de mí. Sentí como mi corazón empezó a latir rápidamente y las manos me empezaron a sudar, enseguida sentí un nudo en el estómago.

Doble vida | Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora