Capitulo dos | Propuestas

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B E L L A

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B E L L A

En cualquier momento voy a suicidarme. — murmuro para mi misma después de volver a cerrar el capo de mi Jeep negro.

Era inevitable hacer chistes malos que si mi hermana escucharía probablemente ella ya me hubiera concedido aquellos deseos. El día no me ayudaba para pensar en positivo, estaba haciendo un calor que juraba que en cualquier momento me derretiría, mi coche llevaba días dejándome tirada a media calle y aún así no lo había llevado a reparar.

Hoy era un día de esos.

Decido levantarme más temprano de lo usual, la hora que samy odia escuchar la alarma, a las seis de la mañana. En cualquier momento me correría de patadas de su departamento, eso no lo dudaba. No tenía nada para merendar así que decido darme una ducha, preparar mi mochila con mis cosas de entrenamientos y ponerme algo útil para el entreno de el día de hoy. Salgo de casa como siempre, saludo a la vecina de al lado y cuando subo a mi amado auto las canciones de post malone llenan el ambiente para emprender un nuevo viaje.

Cuando manejo por la avenida hago mi primera parada a una tienda cerca del gimnasio, compro algunas cosas para comer dentro del coche antes de hacer mis cosas y después estacionó el anterior nombrado fuera del local. Tomó mis cosas y con mis audífonos puestos con el volumen al tope camino rápidamente a la entrada.

Pero obviamente antes de que todo eso pasara y creerás que era un día normal, el coche se me estropea a medio camino y dure más de una hora para prenderlo de vuelta. Aún así entre al gimnasio como si nada pasará y fingí tranquilidad, todo eso se fue cuando entró a recepción para marcar mi entrada en la tableta de siempre y a la primera persona que veo teclear la pantalla es a ronny.

Maravilloso, ¿no es así? Casi genial diría yo.

Las ganas de suicidarme aún seguían en pie.

Había pasado una semana que había dejado de venir a entrenar solo por no toparme a ronaldo, pero no debía de darle el gusto que él pensara que lo que hizo me había afectado. Con la cabeza en alto espere que el se diera la vuelta y se fuera, cuando terminó de apuntarse retrocedió y me miró. Podía leer sus ojos traspasando sus lentes obscuros, no le di importancia.

Por qué eso merecía, cero importancia.

Me coloqué donde el estaba anteriormente y me apunté en la pantalla, cuando termine me adentre a la sala. Lo sentí seguirme, pisarme los talones con urgencia, pero yo seguí mi camino.

Llegue a donde los lockers, abrí el correspondiente y coloque mis cosas, me saque la sudadera de encima y empecé a sacar mis vendas.

Me siento en un banco y empiezo a enredarme las vendas en las manos, de un tirón mis audífonos caen sobre mi pecho y mi atención se la gana el chico que se encontraba en cuclillas frente a mi.

Doble vida | Roier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora