I S A B E L L A
— Mañana es tu cumpleaños.
Me encogí de hombros.
— No estás feliz? — Pregunto.
Negué, me lleve la cobija hasta los hombros mientras me acurrucaba en el sofá y le daba la espalda. No estaba de humor.
— Bella..
— Déjame sola. — Le pedí en voz baja.
Sentí como mis ojos nuevamente se cristalizaron, y mi pecho subía y bajaba con rapidez.
— Isabella ya me cansé de verte así, me duele mucho no saber cómo ayudarte. — Sentí como se sentó a un lado.
— Me ayudas mucho dejándome sola osva. — Contesté.
Lo escuché bufar.
— Bien, si yo no puedo sacarte de ese sillón, se de alguien que si puede..— Lo escuché murmurar para después irse de la sala.
Desde que me pelee con mi hermana y me enoje con mis amigos, tome una mochila con ropa y me e quedado a dormir con Osvaldo. Sebastián me insistió quedarme con él, pero la verdad era que no quería molestarlo más de lo que ya lo hacía.
Me había afectado mucho lo que había pasado, tal vez estaba siendo un poco dramática, pero mi corazón dolía más que otras veces.
Se que mi hermana había hablado con Osvaldo el día de ayer, los escuché hablar sobre el viaje familiar que tendríamos por mi cumpleaños, no planeaba ir. Sin embargo mis padres estaban ilusionados que aquello pasara.
No me sentía nada bien para asistir, mucho menos verle la cara a mi familia después de todo.
Ni siquiera quería celebrar ya mi cumpleaños. Me había echo ilusión creer que este año sería diferente, pero terminó siendo igual que siempre.
Patético.
La puerta de casa suena enseguida, pensando que Osvaldo tal vez había salido, pero la verdad era que dos voces más se unen a la casa. Enseguida reconocí de quien provenían.
— Te toca. — Osvaldo reprochó.
— No no, a ti te toca. — Escuché a Aldo hablar.
No pude evitar rodar los ojos, a pesar de que susurraban los escuchaba a la perfección.
— A Roier no le dice nada. — Le dijo Osvaldo.
— Que me asegura que si me acerco no me va a poner tremendo putazo? — Se quejó Roier.
Por primera vez en el día sentí como la comisura de mis labios se curvearon, revelando una pequeña sonrisa que enseguida escondí.
— A ti que te va a andar pegando, llorón. — Dijo Aldo.
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Doble vida | Roier
Fiksi PenggemarLas reglas de la amistad siempre fueron tentadoras para Sebastián y bella. « Así que decidieron romperlas para saber lo que era correr un riesgo peligroso.» 〼 A Roier fanfic: Part one [Finalizada] 〼 female oc...