Mr. Caos

«3»

🚫 Contenido sensible.
No pago terapia🚫

La noche era fría pero el castaño y el azabache no les importo, caminaron hacia la fiesta mientras conversaban de trivialidades, Jisung no fue capaz de comentarle a Minho sobre la discusión con su padre, de solo pensarlo se formaba un nudo en su garganta.

Tal vez Han Kyong tenía razón, Jisung era demasiado débil.

A unos metros cerca de la casa donde se realizaría la fiesta podía escucharse la música animada, en el jardín había personas tumbadas en el suelo y una gran fila de autos estacionados frente a la residencia.

—Lisa es una amiga cercana y dueña de la casa, le encantan las fiestas, te caerá bien — Habló el castaño al ver el rostro triste del azabache.

El azabache se limitó a sonreír, al cruzar la puerta fueron recibidos por una linda chica de cabello largo, el castaño no mintió cuando dijo que a Lisa le encantaban las fiestas.

La casa estaba abarrotada de personas bailando, fumando, bebiendo, chicos de su edad y algunos universitarios.
Esa noche ambos decidieron divertirse sin probar una gota de alcohol, pasaron desapercibidos por la cantidad de personas.

Después de que el azabache se adaptará al ambiente Minho lo llevo entre el mar de personas para bailar, Jisung reí cuando el castaño le hacía dar vueltas.
Entre risas y el calor al bailar ambos se besaron, era dulce, suave e inocente, pero el calor en sus cuerpos aumento, sus corazones latían con fuerza y sus manos eran torpes al no saber dónde ponerlas.

—Es mejor que nos detengamos, no podré resistirme si seguimos así — Susurro el castaño en los labios de Jisung.

—No quiero que te contengas — El azabache alzo la mirada y sus ojos se conectaron.

Minho sonrió y tomo las mejillas del azabache para profundizar el beso, sus lenguas se acariciaban, habían pequeños roses entre sus dientes.

El castaño se separo y tomo la mano de Jisung, se movió entre las personas con prisa, Jisung reía por la forma en la que Minho apartaba a las personas, el castaño se detuvo en las escaleras y tomo las mejillas del azabache.

—Puedes esperarme arriba iré en un momento — El castaño le dio un corto beso al azabache y sonrió — La última puerta de la izquierda es la habitación de invitados.

El azabache dudo un momento, apretó más las manos de Minho.

—No tardes — Dijo el azabache antes de darse la vuelta y subir hasta la habitación indicada.

Cuando el azabache caminaba por el pasillo pudo ver algunas personas besándose y se abochorno al recordar que hace un momento estuvo así con el castaño. Llegó a la puerta indicada y giró el pomo para entrar.

Las luces estaban apagas, se acerco a la mesita de noche junto a la cama y encendió la pequeña lámpara.

La luz cálida ilumino una pequeña parte de la habitación, las sábanas eran de color azul índigo, las paredes están pintadas de color crema y había un suave aroma a mandarina.

Con los nervios a flor de piel tomó asiento en la esquina de la cama, miró por la ventana y se preguntó si el castaño tardaría.

Los minutos pasaron y no había señal del castaño, reviso su celular en busca de un mensaje pero estaba apagado, estaba apunto de resignarse a qué había sido abandonado pero el sonido de la puerta abriéndose lo hizo voltear.

Debido a la poca luz no pudo distinguir el rostro de la persona entrando, pero sabía que no era el castaño, la altura era diferente y era más ancho de los hombros.

—Me sorprende tu estupidez ratita — La voz ronca del tipo hizo temblar al azabache.

El azabache quedo frío al reconocer la voz, se levantó de un salto de la cama y retrocedió unos pasos.

—No llegará, se aburrió de jugar y se fue — Se burló Eun con una expresión de victoria — ¿Enserio creíste que Minho disfrutaba estar contigo?

El azabache tembló y sus ojos se humedecieron, Eun se rio por el rostro descompuesto de Jisung y lo acorralo contra la pared.

—Pero eso no importa porque el te dejo aquí para que pudiera divertirme.
El azabache entro en pánico, empujó a Eun y trato de huir, el tipo lo tomo de los cabellos con fuerza, lo pego a su pecho entre forcejeos introdujo una pastilla en la boca de Jisung.

—Alguien me lo regaló hoy y dijo que era buena — Susurro en el oído del azabache.

Eun tenía a Jisung de espaldas, le tapó la boca y la nariz al azabache para que tragara la pastilla, cuando el lo escucho tragar lo arrojó a la cama.

—Si gritas nadie te escuchará — Dijo Eun mientras se quitaba la camiseta.

El azabache luchaba para que el no lo tocará pero recibió un puñetazo en la cara, la sangre se mezclo con su saliva.

Los golpes no pararon mientras Eun se deshacía de la ropa del azabache, habían gritos desesperados que eran silenciados por la música en el primer pisos, mordidas que rasgaba la piel tierna del azabache y rasguños hacia su agresor.

La pastilla comenzó hacer efecto, sus brazos perdieron fuerza, su visión era borrosa y apenas podía entender lo que el tipo decía.

Sintió ardor cuando Eun se introdujo, arremetía sin piedad el cuerpo flácido del azabache, no podía sentir el dolor pero sus lágrimas cayeron sin control.

Eun llegó al climax no una sino tres veces.

Tenia frío, sus piernas desnudas estaban congelándose, su pecho estaba ligeramente cubierto por una sábana muy delgada.

—Si no fueras tan ingenuo nada de esto hubiera pasado — Dijo Eun al terminar con su tortura, el azabache a penas podía moverse.

Observo al chico frente a él colocarse los pantalones y la camiseta, no le dirigió ni una palabra y salió de la habitación como si nada hubiera pasado, como si el no le hubiera arrebatado su primera vez.

Sus lágrimas se resbalaban de sus mejillas, pero no podía sentir sus extremidades, el tipo fue tosco y un bruto cuando busco su propia satisfacción.

Sus palabras habían calado el corazón del azabache, él lo sabía, no debía de confiar en nadie en especial en Lee Minho.