"Eres sólo mío"
Heridas del pasado, cuentas que ajustar, daños colaterales.
Todo eso es lo que pasa alrededor de Mr. Caos.
Nada es lo que parece.
*Minsung.
*Hanknow
*Mención de otros shipp.
*+18.
*Violencia.
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18 meses, 28 días y 6 horas, podría ser más, tal vez menos, Félix no podría saberlo con seguridad. Aun así, seguía religiosamente su rutina de ir a la comisaría por la mañana para saber si había noticias de su hermano.
—Ya te dije que estamos haciendo todo lo posible, ¿no crees que es hora de dejarlo? —El hombre se reclinó en su silla, fastidiado por su presencia.
—No me cansaré de buscarlo y usted me prometió que tampoco lo haría —señaló el rubio.
—Lo hago por tu bien, muchacho. Dime, ¿Cuánto dinero no has perdido ya por información que termina siendo falsa? —No dejó hablar al rubio —Dedícate a algo productivo, renuncia a esa tienda de conveniencia, postúlate para una gran empresa y sal del basurero donde vives. Estás perdiendo el tiempo buscando a una persona que posiblemente cortó lazos con su familia.
—¡Minho no haría eso! —Apretó los puños en su regazo, Félix no volvería a dudar de su hermano— ¡Él no es así, detective Song, Minho nunca hubiera abandonado a mamá en su lecho de muerte!
El hombre estaba harto de la misma escena, día tras día. El rubio insistía en encontrar respuestas, publicaba en sus redes sociales la búsqueda de su hermano y terminaba estafado.
—Félix —El cambio en el tono de su voz se tornó tenso— El caso será archivado a finales de mes, no podemos correr cada vez que recibes información falsa, lo siento.
“La primavera está llegando, adiós abrigos, este año parece que será el más cálido de los últimos 10 años. Protejan su piel con bloqueador solar y, lo más importante, no olviden hidratarse. Para despedirme, les dejo con Stop Crying Your Heart Out de Oasis.
¡Que tengan un excelente día y hasta la próxima!”
El lugar estaba vacío como de costumbre y su estación favorita sonaba de fondo, pero ahora no podía concentrarse en nada más que en la fecha, 30 de abril. Contuvo las lágrimas, no quería perder la esperanza y fallarle a su madre pero parecía que Minho se había esfumado, pocas personas recordaban quién era o cómo se veía. Sus compañeros de trabajo no reportaron su desaparición porque solía tomar trabajos temporales, la dueña de su edificio apenas lo veía. No tenía amigos ni lugares a los que frecuentaba, ni siquiera sabía si en algún momento había tenido novio.
El teléfono celular que llevaba en el bolsillo empezó a sonar, intentó ignorar la llamada pero la curiosidad terminó por vencerle. Era un número desconocido, lo cual significaba una sola cosa: alguien quería volver a jugarle una broma. Con incertidumbre, decidió contestar la llamada.
—No tengo dinero, así que no pierda el tiempo intentando venderme información falsa —Estaba agotado física y mentalmente de todo.
—¿ Lee Félix? —Una dulce voz femenina sonó del otro lado de la línea.
—Sí, pero ya le dije que…
—No quiero tu dinero, nos vemos en la cafetería Palman, te enviaré la ubicación.
—Señorita, no quiero ser grosero, pero ya no puedo seguir escuchando mentiras —Félix se frotó la frente mientras soltaba un suspiro.
—La información que tengo es real y tengo cómo comprobarla. Me estoy arriesgando al contactarte, nos vemos en la cafetería a las tres.
Félix miraba fijamente el reloj colgado en la pared, notando que faltaban veinte minutos para las tres. Sabía que le llevaría quince minutos en bicicleta llegar a su destino. A pesar de eso, no se sentía capaz de soportar otra mentira. Quizás era hora de rendirse, se encontraba en una situación desesperada y todos sus esfuerzos habían sido en vano. Con resignación, se dijo a sí mismo “Una vez más, esta será la última vez”
Sin informar a su jefe, cerró la tienda. Su plan era sencillo: llegar, escuchar a la chica y marcharse si la historia sonaba inverosímil. Planeó cuidadosamente su reacción y su respuesta ante posibles situaciones. El aire seguía estando frío, la sudadera que tenia puesta era fina pero nada le impediría llevar a cabo su plan. Con solo intercambiar mensajes con la misteriosa chica, pudo reconocerla al instante cuando la vio al fondo de la pequeña cafetería de estilo rústico. Carraspeó cuando llegó a su lado y justo en ese momento la chica levantó la mirada, haciendo que su corazón se detuviera.
—Hayun…
—Hola Lixie.
Félix se quedó inmóvil, estaba claro que era una broma desagradable. Hacía meses que no tenía noticias de ella, sin mencionar que Hayun nunca había conocido a su hermano. Durante todo ese tiempo juntos, Félix había evitado mencionar a Minho.
―Siéntate, estás llamando la atención ―le dijo Hayun. Félix obedeció y se sentó frente a ella.―¿Quieres algo de beber? Yo invito.
El rubio evitaba mirar a la chica directamente a los ojos, le molestaba lo cómoda que estaba con su presencia. Ella era superior a él de muchas maneras, mostraba serenidad en situaciones difíciles, siempre dispuesta a ayudarle en lo que necesitara. Y ¿cómo le había correspondido él? Haciéndola llorar una y otra vez, haciéndola sentir que no era suficiente con sus acciones. ¿Qué derecho tenía él a sentirse mal? Él mismo había causado tanto dolor a Hayun.
—Félix, ¿estás bien? —Hayun trato de tocar su mano pero el rubio la aparto de inmediato.
—No quiero nada, acabemos pronto por favor.
Ella hizo un esfuerzo por ocultar la tristeza que le provocaba ver a su ex novio desaliñado y con grandes ojeras. No se parecía en nada al chico brillante y alegre que había conocido hace cuatro años. Tomó aire para hablar.
—¿Conoces el club nocturno llamado Paradox?
—¿Qué?
Félix frunció el ceño, mostrando su descontento. Antes de decir algo más, observó cómo Hayun colocaba un folleto en la mesa, por un instante todo se desvaneció a su alrededor, sus manos temblaron al tocar el papel, la voz de Hayun sonaba distante y su estómago se revolvió. Pensó que aquello tenía que ser una broma de mal gusto.
—Minho —Su voz se quebró mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Era capaz de reconocer a su hermano en cualquier lugar, incluso con la máscara puesta. Los ojos de Minho eran inconfundibles y el lunar en forma de corazón en su vientre era algo que ambos compartían.
—Vi en internet la publicación sobre tu búsqueda, donde mencionaste que la persona que buscas tiene un lunar en el vientre y otro en la punta de la nariz. Felix cerró los ojos y llevó el folleto a su pecho. Se imaginaba las terribles situaciones por las que Minho estaría pasando en ese momento.
—Encontré esto en el escritorio de mi padre por casualidad. Es de hace tres años. Investigando un poco sobre el lugar, definitivamente no es una situación fácil —Dijo Hayun mientras tomaba la mano de Félix obligándolo a mirarla. —Paradox es un club de élite. No obtuve mucha información, pero ese lugar es peligroso, Lixie.
—Dime todo lo que sabes —Félix estaba decidido a encontrar a su hermano, sin importar lo que le costara. Empezaría la búsqueda por su cuenta si era necesario. Su único objetivo era traer de vuelta a Minho.