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El sutil aroma de tierra húmeda se filtraba por las ventanas, la lluvia caía impetuosa entre truenos y relámpagos, sin indicios de querer detenerse

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El sutil aroma de tierra húmeda se filtraba por las ventanas, la lluvia caía impetuosa entre truenos y relámpagos, sin indicios de querer detenerse. Aún con la tormenta Minho se rindió ante el agotamiento, estaba envuelto entre las suaves sabanas, con la boca entreabierta mientras su pecho subía y baja con tranquilidad.

Los truenos retumbaban furiosos mientras el viento azotaba contra los árboles, la tranquilidad en la habitación fue perturbado por un pequeño chirrido, la puerta se deslizó con delicadeza abriéndole pasó a un invitado indeseado.

Caminaba descalzo sobre el suelo frío, observando a Lee entre la oscuridad, rodeando la cama, se acercó hasta estar frente a él.

Se inclinó hacia el castaño, detallando su rostro y odiando cada centímetro en el, su mano derecha apartó un mechón de su frente, Minho estaba profundamente dormido, suspiraba y una pequeña sonrisa se dibujaba entre sueños.

Con las yemas de sus dedos acarició su mejilla hasta llegar a sus labios del castaño. Sus narices estaban a solo centímetros de tocarse, extendió su mano tapando por completo la boca y nariz, Lee abrió los ojos desorientado y lleno de temor, mientras el hombre presionaba con fuerza evitando que gritará.

La visión de Minho era borrosa, podía escuchar su pulso acelerado en su oído, no lograba asimilar si era un sueño muy vivido o realmente una persona lo estaba asfixiando. Desesperado por aire comenzó a patalear lanzando golpes.

En su intento de defenderse alzó su mano arañando el rostro de su agresor, inmediatamente percibió el metal frío en su mejilla deteniendo sus movimientos en seco.

—Te dije que jamás volvieras Lee — Gruño Chris con rabia — Debí de deshacerme de ti hace mucho tiempo.

El castaño comenzó a temblar, sus ojos estaban abiertos de par a par mirándolo con pánico, el rizado soltó sin cuidado su rostro, apartándose de la cama se quedo de pie con la navaja apuntando a Minho que luchaba para recuperarse.

—Harás todo lo que te diga a partir de ahora, de lo contrario tu querida madre y hermano pagarán las consecuencias.

—Hijo de puta, no te atreves a tocarlos — El castaño apretó la mandíbula mientras se sentaba en la cama.

Una moderada risa sonó entre la oscuridad al son de un trueno retumbando en el cielo.

—Escúchame bien — Chris se acuclillo dejando bajo la mandíbula de Lee, el filo de la hoja — Eres solo un capricho para Jisung, uno al que debo ponerle fin ¿Sabes por qué?

Minho tragó saliva con el rose de la hoja en su garganta. El rizado apoyo su rodilla en el colchón y con su mano libre jaló el cabello de Lee.

—Por que no eres más que un obstáculo para sus objetivos, jamás le importaste lo suficiente para dejar de ser un capricho, al final solo eres el patético chico de preparatoria, que esperaba bajo la lluvia a que él saliera de casa. El imbécil chico que rogaba por verlo a pesar de saber que ya no estaba, si todo esto no te deja en claro lo que realmente eres, yo te lo diré — El cuerpo de Minho temblaba mientras respiraba con dificultad — Eres el juguete de la infancia que no a tirado por lastima y egoísmo, no le interesas para una relación pero no quiere que sea de nadie.

Mr. Caos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora