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Dulce pequeño angel, debiste haber corrido mintiendo, llorando y ¡muriendo por irte!

Esta inocencia creo mi infierno

Hubiera sido más fácil con una puta
trata de entenderme, pequeña niña
mi retorcida pasión de ser tu mundo

Perdido dentro de mi enferma cabeza
vivo por ti pero no estoy vivo.

Love,Hate,Love.
Alice in chains.

El bosque parecía no tener fin, el cielo comenzaba a oscurecerse y Minho aún corría despavorido, sus pisadas perdían fuerza pero se negaba a detenerse, Juno le pidió que lo abandonará por su propio bienestar, le dolía el corazón por el pobre chico...

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El bosque parecía no tener fin, el cielo comenzaba a oscurecerse y Minho aún corría despavorido, sus pisadas perdían fuerza pero se negaba a detenerse, Juno le pidió que lo abandonará por su propio bienestar, le dolía el corazón por el pobre chico, no podía rendirse fácilmente después de llegar tan lejos.

La lluvia dejo sus huellas en los charcos que pisaba, en pequeñas gotas en las ramas de los árboles que caían en él cuando el viento soplaba. Minho forzaba su cuerpo a continuar aun cuando tropezaba y le faltaba el aire, mechones húmedos se pegaban en su frente con la corriente de viento helado acariciando su pálido rostro.

Sus oídos lograron percibir un incesante crujir a su alrededor, el castaño sin dejar de correr volteó hacia el frondoso follaje de pinos, la penumbra no lo dejo ver más allá, a lento su andar para observar mejor, un fuerte impacto llegó a su costado derecho tirándolo al suelo, soltó un estridente grito al sentir un terrible dolor en su tobillo.

—Te encontré.

La voz mordaz saco al castaño de su trace, entre abrió los ojos para observar al hombre de pie, botas largas vestido completamente de negro, una máscara de zorro distinta a la del hombre anterior.

—Ahora veo por qué el alboroto por hallarte —El hombre se acuclilló a su altura, con el arma en su mano acarició las mejillas de Lee —Al jefe no le importará si me divierto un poco, antes de entregarte.

—¡No toques! —Gritó el castaño dando un manotazo al hombre.

El hombre furioso jaló los cabellos de Lee alzando su rostro y a punto con su arma justo en la sien.

—Escúchame perra, harás lo que yo te diga o te dejaré una bala como recuerdo.

El castaño se encogió en su lugar mientras el hombre enfundaba su arma, paciente saco una navaja de su bota y desgarro la camiseta de Lee sin ningún cuidado, las manos heladas recorrieron el abdomen del castaño, algunos hematomas violáceos adornaban su piel sensible.

El asqueroso tacto del hombre hacía temblar al castaño, en un intento por tranquilizarse cubrió sus ojos con su brazo, mordió sus labios y sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el hombre comenzó a morder sus pezones.

Minho deseaba empujarlo lejos y correr, quería gritar hasta que su garganta se desgarrara así alejarlo, pero el miedo lo paralizaba, el hombre comenzó a bajar pantalones de chándal, no había palabras sucias, solo las grandes manos del hombre apretando su cadera para inmovilizarlo.

Mr. Caos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora