Mr. Caos

«31»

—Eres Félix, ¿verdad? —Dijo el hombre con una leve sonrisa en los labios.

El pecoso apenas podía procesar la situación, el hombre se acercaba a él y Changbin lo miraba divertido, tal vez era por todo lo que había pasado anteriormente que se sentía desubicado.

—Sí —Logró decir cuando lo tuvo frente a él.

Changbin se carcajeó y el hombre lo miró mal, deteniendo la risa de inmediato. Algo en el interior del pecoso se encendió, ese hombre le resultaba familiar de alguna manera, siempre fue malo para recordar personas y ahora se lamentaba.

—Es un placer, soy Han Jisung, Seungmin me ha hablado mucho de ti —Jisung extendió su mano y Félix no dudó en estrecharla —Puedes retirarte Changbin.

Han lo observó hacer una reverencia antes de salir de la oficina. Jisung indicó a Félix que se sentara en el sofá de enfrente. Estaba actuando tan encantador con el pecoso, que Félix cambio de perspectiva de inmediato, no parecía ser engreído. Se comportaba como cualquier persona, pasando su lengua por sus labios antes de sonreír, acomodando su cabello con la mano derecha mientras intentaba recordar algo. Félix estaba cautivado por ese hombre, admirando su presencia y elegancia, algo que para él solo podía existir en sus sueños. El pecoso soltó un suspiro, llamando la atención de Jisung.

—¿Estás bien? —preguntó Han.
—No es nada, estoy bien —Respondió Félix agitando las manos en el aire para minimizar la situación.

Jisung, con una expresión de duda en su rostro, asintió lentamente y se levantó del cómodo sofá en el que estaba sentado para dirigirse a su escritorio. Allí, rápidamente comenzó a garabatear algo en una hoja de papel, la cual le entregó al pecoso, quien lo miraba confundido.

—Es mi número personal —Dijo Han al ver la confusión en su rostro . Si algo era más extraño que estar en esa oficina, era obtener el número del propio dueño —Ven mañana a las 8 para firmar el contrato. Ahora tienes mi número para avisarme si surge algún problema.

Todo sucedió tan rápido que no supo cómo reaccionar. Agradeció con una reverencia exagerada, lo cual solo provocó risas como respuesta. Sin embargo, no eran risas burlonas, sino más bien sonaban como una agradable melodía. Esa risa seguía resonando en su cabeza mientras caminaba de regreso a casa. Después de todos los problemas que había tenido en los últimos meses, ahora parecían simplemente un recuerdo lejano. Felix miró al cielo, sintiendo una cálida sensación invadir su pecho, y un par de lágrimas se escaparon de sus ojos. La felicidad y el alivio eran emociones que había olvidado desde hacía mucho tiempo, tanto que ahora le parecían falsas, efímeras y peligrosas.

Jisung se encontraba en su oficina, observando el cielo a través de la ventana. La noche comenzaba a caer y Changbin se había retirado después del almuerzo, pero él decidió quedarse más tiempo en la empresa. Una sensación de inquietud lo invadía, como si algo estuviera fuera de lugar. Aunque se esforzó por buscar el problema, no encontró nada anormal. Su teléfono vibró en su bolsillo, pero lo ignoró. No quería hacer nada más que ir a casa y dormir.