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Lee sentía que tocaba el cielo con sus dedos, cada vez que Jisung se movía lento, dentro de él

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Lee sentía que tocaba el cielo con sus dedos, cada vez que Jisung se movía lento, dentro de él.

“Si lo sueltas se irá”

Repetía una y otra vez su mente, mientras se aferraba, con fuerza al azabache.

“Se irá, aunque no lo sueltes”

Han tenia su rostro cerca de su oído, soltando melodiosos gemidos.

Tenía razón aquella voz en su cabeza, después el mejor sexo de su vida, la realidad lo golpeó de la peor forma, Jisung se apartó de él, después de llegar a climax. Salió de la cama dejandolo enrollado entre las sábanas y camino desnudo en la habitación dandole la espalda.

Lee se tomó el tiempo para apreciar los cambios en su cuerpo. Su espalda era ancha y estaba llena de marcas por sus uñas, su cintura seguía siendo pequeña, sus músculos se habían tonificado, bajo la mirada observando sus glúteos.

Nunca tuvo el valor de tocarlos y ahora se tenía que contener. Han se agachó para sacar una cajetilla de cigarros de su pantalón, y Lee tuvo que desviar la mirada. Se acostó de lado y cerró los ojos para alejar aquellos pensamientos, de lo contrario volvería a ponerse duró.

En silencio Jisung se sentó en la esquina de la cama, sacó un cigarro con la intención de encenderlo, pero se detuvo. Para mirar a Minho, parecía que se había quedado dormido, tenía las sábanas cubriendo su rostro.

Se puso de pie dirigiéndose al closet, cogió unos pantalones de chandal grises y una camiseta negra.

Se vistió y salió de la habitación sin hacer ruido, no quería molestar al castaño. Esa noche habían cambiado sus planes, necesitaba aclarar su mente para tomar la decisión adecuada.

Seguir con su plan anterior o tirarlo todo por Minho.

El castaño no pudo dormir en toda la noche, daba vueltas en la cama tratando de asimilar todo lo que había pasado

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El castaño no pudo dormir en toda la noche, daba vueltas en la cama tratando de asimilar todo lo que había pasado.

“Solo por hoy, finge que me amas”

Todo apuntaba a que realmente había escuchado mal, Jisung lo había abandonado de nuevo, sin explicaciones como era su costumbre.

Posó su mano en su frente tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con salir, se sentía estúpido e iluso. Pero dolía terriblemente, Han fue su primer y único amor, por él, lo dio todo, hasta el punto de recibir una paliza de su padre, mientras Han disfrutaba sin pesares aquella noche. Debía de olvidar e irse muy lejos, dónde jamás volvería a ver a Jisung.

Mr. Caos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora