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Tenia frío, sus piernas desnudas estaban congelándose, su pecho estaba ligeramente cubierto por una sábana muy delgada

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Tenia frío, sus piernas desnudas estaban congelándose, su pecho estaba ligeramente cubierto por una sábana muy delgada.

Observo al chico frente a él colocarse los pantalones y la camiseta, no le dirigió ni una palabra y salió de la habitación como si nada hubiera pasado, como si el no le hubiera arrebatado su primera vez.

Sus lágrimas se resbalaban de sus mejillas, pero no podía sentir sus extremidades, el tipo fue tosco y un bruto cuando busco su propia satisfacción.

"Si no fueras tan ingenuo nada de esto hubiera pasado"

Sus palabras habían calado el corazón del azabache, él lo sabía, no debía de confiar en nadie.

Las calles de Seúl estaban desiertas, tal vez se debía a la temporada, las fiestas de chuseok se celebraban en familia

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Las calles de Seúl estaban desiertas, tal vez se debía a la temporada, las fiestas de chuseok se celebraban en familia.

Pero el azabache se dirigía a su oficina, dónde seguramente se encerraría y se bebería todo el licor que tenía, no soportaba ver el rostro de Minho.

Tenía las emociones a flor de piel y apretaba el volante con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos, el efecto Lee Minho había comenzado. Para este punto el azabache no sabía para quien era el castigó, para Lee o para él, ambos estaban a la deriva enfrentándose a su karma.

Diviso el edificio y se introdujo al estacionamiento, bajo del auto azotando la puerta y tomó el elevador.

"Puedes esperarme arriba iré en un momento"

"Me dirás que en la fiesta no te divertiste, porque vi el vídeo y no estabas aburrido"

Los recuerdos llegaban al azabache como una avalancha, miró los números de los pisos recorridos mientras rememoraba las palabras del castaño, sus besos y el rechazo en sus ojos cuando lo vio después de tantos años separados.

El veneno de sus palabras cuando le dijo que había huido como un cobarde, el dolor que sintió cuando lo miró como si fuera lo peor que le había pasado. Todo antes de decidir que Lee Minho tenía que pagar por lo que había hecho.

Mr. Caos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora