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La semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, Hyunjin aún no estaba del todo contento por la mudanza, miraba con aburrimiento el paisaje

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La semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, Hyunjin aún no estaba del todo contento por la mudanza, miraba con aburrimiento el paisaje.

Changbin conducía mientras tamborileaba los dedos en el volante, Jisung dormía plácidamente en el asiento del copiloto y Chris tenía el ceño fruncido desde que el follaje de los pinos rojos estuvo a la vista.

El auto comenzó a adentrarse al bosque, el camino de tierra era irregular, aún habían charcos de agua por la lluvia, ante el movimiento brusco por un bache Han se despertó, estiró los brazos y miró en el retrovisor a su hermano.

El rubio tenía un mohín en sus labios, el ceño fruncido y bufaba cada vez que el auto se topaba con un bache nuevo.

Nadie se atrevía a romper el silencio sepulcral, era exasperante la tensión entre los cuatro, Jisung no le había dirigido la palabra a Chris desde el día en que lo humilló públicamente, Changbin estaba molesto con el rizado por ser un cretino, y Hyunjin ignoraba a todos.

Después de casi una hora y media de camino por fin podían divisar una gran reja de metal pintada de negro y colosal muro de piedra. Las puertas se abrieron automáticamente cediéndoles el paso, cerca de la entrada había una caseta de vigilancia, los guardias hicieron una reverencia al ver el auto, el fortachón se estacionó en la cochera de una pequeña cabaña a unos metros.

—¿Este es el gran lugar del que hablabas? — El rubio volteó molesto hacia el azabache.

—No, hay que caminar.

Jisung salió del auto con el menor imitándolo, el azabache se recargo en la puerta mientras encendía un cigarro.

—Me encargaré del equipaje, pueden adelantarse — Ofreció Changbin mientras abría la cajuela.

—No seas tonto, no podrás solo — Hyunjin jalo dos maletas, una se la colgó en el hombro y la otra la llevaba en su mano.

El pelinegro rio por la forma en que el rubio lo había apartado, mientras sacaba las cuatro restantes.

Bang se paró junto a Han con el ceño fruncido.

—Habla —Dijo en tono hosco el azabache.

El rizado volteó hacia Hyunjin y Changbin, ambos se reían de algo que el pelinegro había dicho mientras se alejaban.

—Este lugar es el campamento — Su tono era bajo e inseguro.

—Era el campamento — Los orbes marrones del Han se oscurecieron con el recuerdo — Empezó su construcción hace cuatro años.

—¿Demoliste todo el campamento para esto? — Preguntó incrédulo el rizado.

Jisung encogió los hombros, camino pasando cerca de Bang.

—Todo lo que hago tiene un fin— El azabache detuvo su andar —Si no quieres ser parte, no estorbes — Dijo sin voltearse.

El rizado se giró para ver, como se alejaba sin poder hacer o decir algo que lo detuviera.

Mr. Caos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora