Mr. Caos

«23»

El azabache se dirigió a la entrada custodiada por los hombres de I.N, entre sus brazos yacía dormido Soonie. Se olvidó de el durante toda la noche, no había tenido cabeza para nada que no fuera Hyunjin, los guardias le cedieron el paso de inmediato.

Una vez dentro Jisung se detuvo en la entrada, su corazón se volvió pesado por la ausencia de su hermano. Desde su estadía en Londres vivió solo, no había quien lo recibiera o le preguntara por su día, creyó deshacerse de los sentimientos de debilidad, pero Corea le dio un golpe de realidad. Aún podía amar, llorar, tener miedo, no podía imaginar un mundo donde Jinnie no estuviera, debía de protegerlo, tal como su padre le dijo desde pequeño.

Su hermano menor era lo último que le quedaba, compararlo con Lee era una blasfemia, se sentía tan mal querer a Minho a pesar de todo, era un veneno lento que corría por sus venas, llenándose de un deseo enfermo.

Lee solo era suyo, solo de Han Jisung.

El azabache camino por el estrecho pasillo con algunos cuadros que Jinnie colgó en la pared, pinturas singulares que el menor pinto. Los cristales que daban hacia el pateo trasero dejaban ver con claridad la escena de I.N sosteniendo el látigo de púas, a Juno atado de pies y manos mientras permanecía en el suelo desnudo con la espalda ensangrentada, los subordinados de Yang observaban divertidos con la desdicha del pobre chico.

Yang arremetía contra la espalda del chico disfrutando de sus espasmos de dolor, las lágrimas y sangre brotando de su piel, la humillación pública de Juno le provocaba un inmenso placer.

—El látigo es demasiado generoso I.N —Han se detuvo en el umbral de la puerta apreciando la escena —Y no deseó serlo.

Seo se acercó en silencio y Jisung le entregó a Soonie sin dirigirle la palabra, tenían mucho de que hablar y el tema principal era el traidor que Changbin acogió en un momento de debilidad.

—Te di la oportunidad de formar parte de nosotros, te di un techó, comida, te confíe la vigilancia de Lee — Han se quitó la sudadera dejándose una camiseta negra —No se muerde la mano de quien te da de comer.

Jisung camino hacia Juno observando con detenimiento el desastre que era el chico, su rostro hinchado, decorado con varios hematomas y sangre seca.

—Nadie daña a mi familia sin salir ileso —Juno alzó la mirada alarmada —No tenías idea de que el príncipe era mi hermano menor, ¿Verdad?

El rostro del menor se desencajo, Han alzó la pierna y pateó la cara de Juno con una fuerza brutal, su rostro se giró escupiendo sangre y saliva, el joven desorientado quedó tendido en el suelo.

—Eres una buena persona niño —Jisung camino hacia la mesa de armas que Jeongin preparo, tomándose el tiempo para elegir una —No me agradan los valientes y odio las personas buenas, son imbéciles idealistas que tienen fe en los demás, inútiles esparcidos en el mundo que son aplastados por los más fuertes.
El azabache levantó una hacha larga de doble filo, fascinado del brillo metálico, acarició el filo con su dedo índice, una pequeña herida apareció de inmediato.