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En las noches en que TN no podía estar presente para cuidar a Yuki, Gojo asumía con amor la responsabilidad de calmar al pequeño. Con su experiencia como hechicero y su habilidad para infundir calma a su alrededor, Gojo encontraba maneras creativas de tranquilizar a Yuki y ayudarlo a dormir.
En una de esas noches, mientras Yuki lloraba inquieto en su cuna, Gojo se acercó con cuidado y comenzó a balancearlo suavemente mientras susurraba palabras tranquilizadoras.
Gojo: Shh, Yuki, todo está bien. Papá está aquí. No tienes que preocuparte, estás seguro y protegido.
Con movimientos suaves y una voz calmada, Gojo usó su magia para crear un suave resplandor azul que llenó la habitación. Las luces parpadeantes y suaves melodías mágicas llenaron el ambiente, envolviendo a Yuki en una sensación de serenidad.
Gojo: (¿Puedes sentir la magia, Yuki? Es como un abrazo cálido y acogedor que te ayudará a dormir.
Gradualmente, bajo el hechizo reconfortante de Gojo, los llantos de Yuki se calmaban, sus ojos se volvían pesados y finalmente caía en un sueño tranquilo. Gojo permanecía a su lado, observando con amor al pequeño Yuki dormido, sintiendo una profunda conexión paternal mientras cuidaba de su hijo en ausencia de TN.
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