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En el hospital, la tensión llenaba la habitación mientras TN luchaba en un parto complicado. Gojo, angustiado, observaba con impotencia la situación, donde la vida de su esposa y su hijo pendían de un hilo.
El médico, rostro serio, se acercó a Gojo y le presentó una elección imposible.
Doc. Satoru, la situación es crítica. Necesitamos tomar una decisión rápidamente. Podemos intentar salvar a tu hijo, pero hay riesgos significativos para TN, o podemos priorizar la vida de ella, pero eso podría afectar la salud del bebé.
Gojo, paralizado por la gravedad de la decisión, miró a TN, que luchaba entre respiraciones agitadas y esfuerzos evidentes. La agonía de la elección pesaba sobre él, mientras intentaba procesar la cruel disyuntiva que se le presentaba.
En un susurro apenas audible, TN logró decir:
TN. Satoru, salva a nuestro hijo.
Sus ojos se encontraron, compartiendo un momento de entendimiento y sacrificio. Gojo asintió con pesar, aceptando la voluntad de TN.
El equipo médico se puso en acción, trabajando frenéticamente para dar lo mejor de sí en esa situación desgarradora. Cada segundo era crucial, y las esperanzas y temores de Gojo se mezclaban en una tormenta emocional.
Después de un tiempo que pareció una eternidad, el llanto de un recién nacido rompió el tenso silencio. El equipo médico compartió una mirada de alivio y le entregaron a Gojo a su hijo, un pequeño ser que representaba la vida en medio de la angustia.
