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En un soleado día en la ciudad, TN, una madre soltera, estaba disfrutando de un paseo en el parque con su hijo Yuki. Mientras jugaban y reían juntos, Gojo, el encantador hechicero, se acercó a ellos con una sonrisa en el rostro.
Gojo: ¡Hola, TN! Yuki, ¿cómo estás?
Yuki, observando la interacción entre su madre y Gojo, frunció el ceño con desaprobación.
Yuki:¿Por qué siempre coqueteas con mamá, Gojo? No me gusta.
Gojo: Oh, Yuki, solo estoy siendo amigable. No hay nada de malo en apreciar la belleza de tu madre.
Yuki, enfadado por la actitud de Gojo, cruzó los brazos y puso los ojos en blanco.
Yuki:De todos modos, no me gusta. ¡Deja de coquetear con mamá!
TN, notando la incomodidad de su hijo, intervino para calmar la situación.
TN:Gojo, por favor, respeta los sentimientos de Yuki. No queremos que se sienta incómodo.
Gojo, aunque juguetón, entendió el mensaje y bajó la mirada en señal de disculpa.
Gojo:Lo siento, Yuki. No era mi intención incomodarte. Si alguna vez te hace sentir mal, dejaré de hacerlo.
Yuki, satisfecho con la respuesta de Gojo, asintió con la cabeza, apreciando la deferencia del hechicero hacia sus sentimientos.
Yuki: Gracias, Gojo. Solo quiero que mamá esté feliz.
