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El sol brillaba con intensidad sobre el colegio cuando TN y Gojo llegaron a la oficina del director, preocupados por la citación relacionada con su hijo, Yuki. Al entrar, se encontraron con una escena inesperada: Yuki sentado en un sillón, rodeado de otros niños, todos con vendajes en sus brazos y rostros, junto a sus padres y todos los profesores.
TN, como toda madre latina, ignoró a los presentes y corrió hacia su hijo, quien la recibió con una sonrisa tímida pero aliviada. Abrazándolo con fuerza, TN comenzó a hacerle mil preguntas, preocupada por su bienestar y deseosa de saber qué había sucedido.
Tn. ¿Quién te hizo esto, mi amor? ¿Te duele mucho? ¿Cómo te sientes?
preguntó TN con voz preocupada, mientras acariciaba suavemente el cabello de Yuki.
El director intentó intervenir para explicar la situación, pero TN lo interrumpió, enfocada en su hijo y sus necesidades.
Antes de que el director pudiera continuar, TN preguntó a Yuki si había ganado la pelea, a lo que él respondió con una sonrisa de orgullo.
Yuki. Sí, mamá, ¡gané!
Exclamó Yuki con emoción, luciendo un brillo de triunfo en sus ojos.
TN no pudo contener una sonrisa ante la actitud confiada de su hijo, pero pronto volvió su atención al director, quien continuaba explicando la gravedad de la situación.
El director explicó que la pelea había sido sin sentido y que, además de la suspensión, se esperaba una compensación económica para los padres de los otros niños, así como disculpas escritas y verbales.
TN frunció el ceño ante la sugerencia de compensación económica, sin comprender por qué deberían pagar cuando los otros niños habían comenzado la pelea.
TN. ¿Por qué deberíamos pagar si fueron los otros niños quienes iniciaron la pelea?
preguntó TN con indignación, mostrando su choque cultural y su instinto protector hacia su hijo.
El director intentó explicar la política de la escuela, pero TN seguía sin entender por qué debían asumir responsabilidad financiera por el comportamiento de otros niños.
Finalmente, después de una larga discusión, TN y Gojo aceptaron las condiciones, con la promesa de hablar seriamente con Yuki sobre resolver conflictos de manera pacífica en el futuro.
Al salir de la oficina del director, TN abrazó a Yuki con ternura, sintiéndose aliviada de que su hijo estuviera bien y decidida a apoyarlo en cada paso del camino, incluso cuando las reglas y normas parecían confusas e injustas desde su perspectiva latina.
