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Gojo decidió compartir un poco de su pasado con su hijo Yuki, por lo que un día sacó una caja llena de fotos de cuando era joven. Yuki, curioso, se sentó junto a su padre mientras Gojo hojeaba las fotografías.
Gojo: Mira, Yuki, estas son fotos de cuando era joven. Aquí estoy en la academia, antes de ser el hechicero fuerte que soy ahora.
Yuki: ¡Papá, te ves diferente pero igual de genial!
Gojo: Gracias, hijo. Solía ser un poco más travieso en mis días de estudiante, pero aprendí muchas lecciones importantes.
Mientras hojeaban las fotos, Gojo contó anécdotas divertidas y algunas historias de sus días de estudiante. Yuki estaba completamente absorto en las imágenes y las historias de su padre, sintiéndose aún más cerca de él.
Yuki: ¡Papá, alguna vez quiero ser tan fuerte y valiente como tú!
Gojo: Estoy seguro de que lo serás, Yuki. Pero recuerda, la verdadera fuerza viene del corazón y de proteger a las personas que amas.
Yuki asintió con determinación, inspirado por las palabras de su padre y decidido a seguir sus pasos. Gojo siguió compartiendo sus recuerdos con Yuki, fortaleciendo su vínculo y creando recuerdos preciosos que ambos atesorarían para siempre.
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