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El aroma tentador del desayuno se filtra por la cocina, envolviendo el ambiente en una atmósfera cálida y acogedora. Yuuji se mueve con destreza entre los fogones, preparando con esmero cada detalle de la comida matutina. Con una sonrisa juguetona en los labios, se acerca sigilosamente por detrás de TN, cuyo rostro refleja la serenidad del sueño recién abandonado.
Yuuji: Buenos días, mi amor.
Con suavidad, Yuuji envuelve a TN en un cálido abrazo, sintiendo el latido tranquilo de su corazón contra su pecho. Sus labios encuentran el rostro de TN, depositando un sinfín de besitos juguetones y cariñosos en sus mejillas.
Yuuji: Parece que alguien despertó con hambre de amor esta mañana.
TN sonríe, sintiéndose amada y mimada por las atenciones de su esposo.
TN: Siempre sabes cómo empezar bien el día, Yuuji.
La paz del momento se ve interrumpida por el sonido insistente del teléfono, una llamada que trae consigo la intranquilidad del deber y la responsabilidad. TN y Yuuji intercambian miradas preocupadas, conscientes del significado detrás de esa llamada inesperada.
TN: Creo que es hora de prepararme, Yuuji. No puedo ignorar una llamada así.
Yuuji frunce ligeramente el ceño, una sombra de preocupación cruzando su rostro.
Yuuji: Pero algo me dice que esta misión no será como las demás. Siento que hay algo... extraño en el aire.
TN asiente, comprendiendo las reservas de Yuuji, pero también sintiendo el llamado del deber resonando en su corazón.
TN: Entiendo tu preocupación, Yuuji, pero no podemos ignorar nuestras responsabilidades.
Yuuji mira a TN con ternura, asintiendo con resignación ante la determinación de su esposa.
Yuuji: Está bien, ve a prepararte. Pero prométeme que te cuidarás, ¿de acuerdo?
El amor y la preocupación brillan en los ojos de Yuuji mientras se preparan para enfrentar lo que sea que les depare el destino. Unidos en el amor y la fortaleza mutua, TN y Yuuji se disponen a afrontar los desafíos que les esperan, con la certeza de que juntos podrán superar cualquier adversidad que se interponga en su camino.
El sol se desliza lentamente por el horizonte mientras Yuuji espera ansiosamente en casa, su corazón lleno de temor y preocupación por el bienestar de TN. Cada minuto parece una eternidad, cada segundo un recordatorio punzante de la incertidumbre que rodea su destino. El reloj avanza con implacable indiferencia, marcando el paso del tiempo con una cruel cadencia.
Finalmente, el sonido de pasos en el umbral de la puerta rompe el silencio tenso. Yuuji levanta la mirada con esperanza, buscando el rostro familiar de TN, pero en su lugar, se encuentra con Mengumi, cuyos ojos reflejan una mezcla de tristeza y pesar.
Mengumi: Yuuji, necesito que me escuches.
Yuuji se tensa, su corazón latiendo con fuerza en su pecho, presintiendo la tragedia que se avecina.
Yuuji: ¿Dónde está TN? ¿Qué ha pasado?
Mengumi sostiene una pequeña caja entre sus manos, un objeto ominoso que arroja sombras oscuras sobre la habitación.
Mengumi: Lo siento, Yuuji. TN... TN ya no está con nosotros.
El mundo de Yuuji se desmorona ante sus ojos, la noticia golpeándolo con una fuerza abrumadora. Las palabras de Mengumi se convierten en un eco distante, el dolor y la incredulidad nublando su mente.
Yuuji: ¿Qué... qué quieres decir?
Mengumi le entrega la caja con gesto compasivo, sus palabras pesando como plomo en el aire.
Mengumi: TN... TN fue convertida en una maldición. La exorcizamos, pero...
Las palabras se atascan en la garganta de Yuuji, su corazón desgarrado por la tragedia que se ha desatado. El dolor lo envuelve como una manta gélida, su alma retorciéndose en agonía ante la pérdida de su amada.
Yuuji se desploma en la silla más cercana, sus manos temblando mientras sostiene la caja que contiene los restos de TN. Las lágrimas empañan sus ojos, su corazón hecho pedazos por la cruda realidad de la muerte de su esposa.
En medio del abismo de su dolor, Yuuji se aferra a los recuerdos de TN, jurando honrar su memoria y llevarla en su corazón por el resto de sus días. En la penumbra de la pérdida, su amor por TN brilla como una luz eterna, una llama que nunca se extinguirá, una promesa de amor que perdurará más allá de la oscuridad y la desesperación.
El paso de los meses se convierte en una letanía interminable para Yuuji, cuya alma está envuelta en la sombra de la pérdida y la desesperación. Cada día se desliza como un espectro, un eco hueco de lo que solía ser, mientras el peso abrumador de la tristeza lo arrastra hacia un abismo sin fondo.
La depresión, como un manto oscuro, envuelve a Yuuji, sofocando la luz de su alma y ahogando cualquier destello de esperanza. Sus días se convierten en una lucha interminable contra la desesperación, sus pensamientos oscurecidos por la sombra de la pérdida.
Con el corazón roto y el espíritu destrozado, Yuuji toma una decisión sombría, una elección que cree que lo liberará del tormento implacable que consume su ser. En las profundidades de su desesperación, encuentra una calma fría, una serenidad macabra que lo guía hacia la oscuridad final.
Con manos temblorosas y ojos vacíos, Yuuji toma la decisión de poner fin a su sufrimiento, de buscar el consuelo en los brazos de la muerte. Sin mirar atrás, sin esperanza en el horizonte, se adentra en la oscuridad con la certeza sombría de que encontrará la paz en el reino de los muertos.
El eco de su decisión resuena en la quietud de la noche, un susurro melancólico que se desvanece en el vacío del universo. En su último aliento, Yuuji alberga la esperanza de encontrarse con TN en otra vida, de ser reunidos en la eternidad como almas gemelas destinadas a encontrarse una y otra vez.
Y así, en el silencio abrumador de la despedida, Yuuji se desvanece en la oscuridad, su luz apagada demasiado pronto, su historia cortada de raíz por la crueldad del destino. En la penumbra de la noche, su espíritu encuentra reposo, su dolor desaparece en el abrazo silencioso de la eternidad, mientras el mundo sigue girando, ajeno al sacrificio silencioso de un corazón roto.
Hola y perdón por si no tiene mucha coherencia pero he estado muy ocupada.
