La Absoluta Mentira.

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Zaira.

Alondra no se equivoco en recomendarme a su abogada de confianza. En menos de dos semanas avanzó lo que no avanzaron los otros abogados que contrate. Además de que es muy linda, no tanto como la nieta de la señora Rosa. Mirar no es un pecado, o si?. Pecado es que lleve cuatro años coleccionando consoladores de todos los colores y tamañas, distintos geles íntimos, sin contar que en cualquier momento me darán la membresía de todos los sex shop de capital federal. Ah!, a no olvidar mis constantes fracasos con las citas programadas de los viernes por la adorable esposa de mi amigo. Sé que en el fondo lo hace para quitarme del medio. No la culpo, yo haría lo mismo. Su esposo siempre esta al pendiente de que yo este bien, es normal que ella quiera que Cristóbal se centre en su matrimonio y no tenga a su fiel amiga pegada como abrojo.

El síndrome de la fea. Dismorfofobia: Es un trastorno dismórfico corporal. Hace que las personas que lo padecen crean que un pequeño defecto físico es algo mucho más grave. Suele comenzar en la adolescencia. Una de las casas recurrentes que se encuentran este síndrome es la baja autoestima. Poco a poco inunda a la persona con pensamientos negativos. Ese no es mi caso. Mi trastorno o mis miedos nacieron en la adolescencia, sí, pero me gusta mucho como me veo; solo que por alguna extraña razón las personas me ven como alguien amigable, inocente y aniñada. Aitana dice que es por mi forma de vestir, o por mi actitud indiferente. No sé cuando una mujer coquetea conmigo o solo es amable porque le caigo bien. Un ejemplo: La hija de los López. Priscila López Carballo, la adorable y endemoniada, hija de los López. La adolescente hija de papi cuando se enteró que me gustaban las niñas por accidente al ver el beso que me di en el baño con una compañera por probar; comenzó a perseguirme como fiera durante semanas. Nuestro padres era viejos conocidos, y en esas reuniones de los sábados por la noche en casa de sus padres, Priscila me arrastró,( Bueno yo me dejé llevar solita, estaba muy buena la pendeja), a su habitación. Me enamoré perdidamente de Prisci, hasta que su madre nos encontró besándonos en una de nuestras tantas escapadas. Lo negó todo y les dijo a sus padres que yo la había obligado hacer esas cosas. Hija de purísima coliflor. Me castigaron por meses, además mi padre no volvió a confiar en mi, hasta que mi hermano mayor enfermó. (Mi familia debe de tener una maldición, porque todos los hijos mayores terminan muy mal. Sino se van al extranjero, caen en la vagancia, como es el caso del hijo de mi tío Fernando. El hijo mayor del tío Ricardo apenas se sabe por donde anda. Mi padre tenía un hermano mayor que falleció apenas nació. Es creer o reventar). Me fui por las ramas... Mis padres sufrieron mucho, terriblemente por la muerte de mi hermano Ziro. Yo sentí que me arrancaban a la única persona que me escuchaba y siempre me ayudaba. Con sus veinte años era todo un hombre mi hermano. El ser más bueno que el mundo pudiera haber conocer. Una extraña enfermedad le quito la vida. Años después, en una discusión entre mis tíos y mi padre, supe que mi hermano murió a causa del Sida. Era una enfermedad que solo existía entre la comunidad homosexual, o se estigmatizaba acreditando a dicha enfermedad a las personas gay's. Mi papá canalizó su dolor enseñándome todo lo que sabía, pero con la premisa de que nunca llegaría a ser la dueña de la empresa familiar; ese puesto ya saben para quien era. Nunca sería su más grande orgullo y nunca sería digna de representar a mi padre en su adorada empresa. Hasta que llegó el covid-19. Pasé el confinamiento junto a mis padres. Ellos no podían salir a la calle y yo no podía dejarlos solos. La empresa cerró sus puertas por meses, hasta que el gobierno reactivo las actividades de las industrias dedicadas al habito alimenticio. Todos esos largos meses disfruté de mis padres como nunca. Mi madre dejó de estar tan deprimida por la muerte de su hijo, y mi padre aceptó mi gustos por las mujeres. Creo que sané, en ese confinamiento, más heridas de las que trataba de sanar con mi psicólogo. Pero al llegar la noche volvía a recurrir a las mujeres que trabajan en la profesión más antigua de todas. Prostitutas. Siempre me decían ellas qué no entendían por qué recurría a ellas, con lo linda que era. Lo que ellas no saben que las personas solo ven una persona amigable y nada sexy. Una vez me encariñé con una de ellas, (Trataba de no repetir la chica con la que contrataba justamente por eso), quería que viviera conmigo, sin importar a lo que se dedicaba. Federica, ese es su nombre. Ella me describió mejor que nadie. " Tenes miedo que te abandonen, miedo a darlo todo y que te den una patada en el culo cuando no les sirvas más". " No todas las chicas son iguales Zaira. Deja de espantarlas, porque sos vos la que genera el rechazo".

Huye...De Mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora