Alondra. Priorizar.

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No se televisa el juicio,(Ya que es un Juicio Oral pero no público), y mi abuela comenta lo justo y necesario. En cambio mi abuelo me lo cuenta todo. Él acompaña a su esposa y sobrina incondicionalmente, no se pierde ni un detalle.

Comprendo el afán de mi abuela Rosa por mantenerme al margen del conflicto, pero no saber nada me traspone y juega con mi quietud.

Mis amigas tratan de darme la paz que no logro encontrar, pero quien da quietud a mi ansiedad y me la quita, bajando mis pies a la tierra, es mi bebé. Hablo con él todos los días, le cuento todo lo que pasa, le hablo de Zaira y pareciera que mi bebé entendiera quien es ella en mi vida. Se mueve de un lado a otro y se revoluciona manifestándolo con pataditas.

Desde que vivo con las chicas, mi vida ha dado un vuelco. Ya no estaba tan sola, pero no era lo mismo. Ellas tienen a su hermosa hija y yo siento que invado su casa. Aunque les diga que quiero volver a mi hogar, Bianca y Lala, siempre terminan tomando mis cosas acomodándolas nuevamente en el lugar que me asignaron. Comprendo a su vez que el pasado les cause temor, yo estoy asustada, pero siento que esta vez es distinto. Lo comprendí en el ultimo mensaje que le envié a Zaira. Yo necesitaba verla y ella se negaba aludiendo que no era posible, que me perjudicaría. Entendí todo. Debía centrar mi atención en mi embarazo, por fin lograba mi tan apreciado sueño y era tangible. Mi salud acompañaba con armonía la gestación de mi niño, qué más podría queres?. Absolutamente todo jugaba a mi favor, la única cosa que comenzaba a desvanecerse era mis sentimientos hacia Zaira. La extrañaba, no lo voy a negar, pero mi hijo es y será siempre mi prioridad. Ella está en otra pagina, su vida y sus pensamientos no son compatibles con la vida que decidí emprender. La maternidad no está en sus planes y no estará nunca en sus sueños.

- Cómo te fue?.- Me pregunta Lala a través del teléfono.

- Me fue muy bien. De dio la fecha para la cesaría.

- Cesaría?, por qué te hará una cesaría?.

- Cuando llegue a su casa les comento...Te llamaba, además de comentarte lo que me dijo el medico, para preguntarte si necesitan algo?.

- Un óleo calcáreo. Bianca usa una tonelada y nos quedaremos...- Se detiene por unos segundos.- Alondra, qué sucede?.

- Nada.

- Estás llorando?.

- Sí, cuando llegue a su casa hablamos.- Corto la llamada, ahora no me perecía hablar.

El obstetra me dijo que todo estaba bien y en perfectas condiciones, pero por extraño que parezca, y aun así siendo consciente que soy yo la causa de mi angustia, quería compartir con Zaira todo lo bueno que me estaba sucediendo. Quería que ella me acompañara en este proceso, pero yo actué muy mal y la terminé de alejarla definitivamente de mi vida. Como escribí anteriormente, priorice a mi hijo, priorice mi sueño y lo estoy cumpliendo.

* * *

Dejo el óleo calcáreo sobre el mueble donde cambian los pañales de la pequeña Taylor, caminé hasta la habitación que mis amigas han preparado para mi, pero a mitad del camino Bianca me llama haciéndome señas con su mano.

- Estás mejor?.- Achina sus ojos buscando que sea sincera con ella al responder. La conozco.- No estás bien...- Se inclina y deja un beso sobre mi pancita.

- La extraño y no comprendo por qué no logro sacarla de mi cabeza?. Ella ni siquiera quiere a mi bebé, cómo puedo ser tan estúpida?.

- Ella no te dijo que no quiere a tu bebé... Zaira está transitando uno de los momentos más difíciles en su vida. Para colmo la mujer que ama se embaraza a escondidas.- La miro con disgusto.- La cosas como son Al. Sabes que te amo y jamás te diría nada solo para endulzarte los oídos.

Huye...De Mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora