Zaira. Cobardía.

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Dijo Alexander Pope: "Errar es humano, perdonas en divino, rectificarse es de sabios". Inevitable no recordar a Pope, cuando Alondra me suplica en su mirada y enfatiza es cada una de sus palabras miles de disculpas. Pero la que ha cometido un grave error he sido yo al entrar a su casa como un ladrón por la noche.

Bianca me llamó, mientras me encontraba en casa de Alondra. Mi tía ya sabía de mí acto suicida y carente de raciocinio, y me esperaría para hablar.

No sé si son sus hormonas a punto de explotarle en la cara de Lala, o la falta de comida chatarra en su torrente sanguíneo, pero Binka,( Así la llamo, como su avatar), me mortificó por largos minutos al llegar a su restaurante. Rápidamente comprendió sin palabras, (Las que no salían de mi boca), que no tenía ganas de comentarle absolutamente nada. También logró discernir que no era el momento para preguntarme como me había ido con su amiga. Solo me pidió paciencia, que ahora ella comprendía la situación en la que estaba envuelta.

No obstante, no sucedió lo mismo con mi tía Rosa. Ella echaba humo por su nariz. Aun así, minutos después, en los que le pedía con la mirada clemencia, que no era el momento de recriminar ni preguntar; prefirió aplazar sus regaños para el siguiente día.

* * *

El día siguiente llegó, y el siguiente y el siguiente, ya nada volvería a ser igual. Comencé a narrar estrofas y versos distintos en mi vida. Alondra desde hace meses no forma parte de mis noches, ni de mis despertares. Nuestra comunicación fue perdiendo intensidad y frecuencia. Alejé con esfuerzo aquellos sentimientos nostálgicos que me recordaban a quien había dejado atrás, para continuar mirando hacia adelante. Cada vez que una pequeña cosilla me traía su recuerdo, lo cambiaba rotundamente con los pendientes del día siguiente.

Así también, dejé de comunicarme con Bianca y Lala. Hasta hoy...

- Felicitaciones chicas, es hermosa su hija.- Dije sosteniendo a la pequeña Taylor.- Quisiera comérmela.

- Lala quita la niña de los brazos de esa mujer!.- Dijo sonriendo Bianca, mientras su esposa termina de desviar su atención a su teléfono.

- No me voy a comer a tu hija, tonta.- Dejo un beso sobre la frente de la bebe y se la entrego a su mamá.- Perdón por no asistir al hospital cuando nació, pensé que necesitaban intimidad.- Bianca y Lala se miran entre ellas.

- Vos lo que no querías era encontrarte con Alondra, pero te perdonamos.- Comentó Bianca recostando a su hija en su sitio.

- Ella está bien?...- Nuevamente se miran entre ellas.- Sucedió algo?.

- No, ella y su bebé están...bien...- Dijo Lala atendiendo nuevamente a su teléfono y dejándome con Bianca en la sala de su casa.

- Lala aún está enojada conmigo?.

- Cómo va el juicio?.- Sostengo mi respiración.

- Bianca, me alejé por su bien.

- Tiene esa cara por otra cosa...- Mira en dirección a donde se ha retirado su esposa.- El bebé de Alondra está bien, es ella la que está super mal.- Bajo mi mirada.- Está viviendo con nosotras hace dos meses, por eso Lala está pendiente de su teléfono.

- Comprendo la indirecta, solo pasé a saludarlas.

- No te estamos echando tonta, pero te importaría si Alondra llegara?.- Respiro profundo y tomo la decisión más cobarde, superando mis propios récords. Me levanto y tomo mis cosas con prisa.- Ok, ya tengo la respuesta.

- Felicitaciones nuevamente por la hermosa bebé, pero lo mejor es que me retire.- Bianca se levanta de su asiento y acompaña mi huida.

Soy acompañada por los suspiros de Bianca hasta la puesta de salida, mientras Lala alza su mano para saludarme desde lejos frunciendo su ceño.

Huye...De Mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora