La Absoluta Verdad.

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Alondra

- Sos de lo peor Natalia Oviedo!!. Sé que lo has hecho a propósito, citarla en ese restaurante, justo donde la cité es el sinónimo de tus viejos juegos. Por qué no pensé bien antes de sugerirle a Zaira que ella sería una buena abogada para llevar el caso de sus padres?. Vengo postergando esa cena hace dos semanas, y tenía qué ser hoy qué la invitaras a salir?. No cambias más Natalia, sigues siendo la misma sucia mujer que le encanta y le satisface tener el control de todo.- Despotrico hablando sola. Estoy muy enojada.

Camino con prisa hacia mi auto y salgo arando hasta mi casa. No tengo ánimos de buscar una posible conquista, tengo ganas de estar en mi hogar,( si le se le puede llamar así), y despejar mi cabeza de todos los problemas que mi jefe Domingo me ha metido por avaricia y por narcisismo. Pedazo de hijo de puta, y mi padre también lo es. Otro egoísta bueno de su madre, solo piensa en enriquecerse a causa de mi pellejo. No me perdona haberme tirado a su amante. Yo qué sabía que esa tipa se acostaba con mi estúpido padre!!. Que le den por donde más le duela.

Estoy a pocos minutos de llegar a mi casa y recibo un mensaje de Zaira.

- No he tenido tiempo de decirte que Natalia me invitó al mismo restaurante que vos me habías dicho. Creo que la conoces y no necesito decirte que lo ha hecho a propósito. Dudas no tengo. Quizás te parezca fuera de lugar lo que te sugeriré...Pero...Quieres venir a mi casa a tomar una copa de vino?. Tu abuela me ha dicho que es uno de tus favoritos...Es un soborno. Siento que estoy en una enorme deuda con vos.

No lo pienso dos veces y cambio el rumbo de mi camino. Manejo a la velocidad permitida, y en menos de quince minutos estoy estacionando el auto cerca del edificio donde vive Zaira. (Guardé la dirección en mi GPS. Ahora mi felicito por hacerlo). Esta noche me pagarás los honorarios y las molestias de haberme hecho enojar por seguir a esa estúpida con sus jueguitos.

No le contesté a su mensaje, además me acuerdo, a detalle, el piso y el número de su departamento. Toqué el portero y tardó unos minutos en responder.

- Quien es?.

- Soy Alondra.- Escucho un pitido continuo, son las puertas que chillan con el típico ruido sonido que te anuncian que el dueño quiere que abras la puerta. Si que es viejo este edificio.- Ya estoy dentro.- Le anuncio.

Subo al ascensor y marco el número de su piso. Una vez que cierran las puertas automáticas me fijo mi aspecto en el espejo que está dentro de la caja metaliza. Acomodo mi camisa, superviso que mi cabello no este desalineado, bajo caminando hasta la puerta de su casa y veo a Zaira asomar su hermosa cabellera apenas me oye llegar.

- Me esperar un momentito, voy a cambiarme y regreso.- A los segundos la puerta de entrada queda entre abierta, y no la veo en la sala.

Sin esperar su invitación, o interpretando que dejó la puerta sin cerrar para que ingrese a su departamento; cierro la puerta detrás de mi y camino hasta el sofá. Todo esta en oscuras a excepción de un pie de lampara de luz, de un metro cincuenta de altura en un rincón de la pequeña sala. Será qué quiere lo mismo que yo?. La señorita Lombardi quizás es las que tiene sexo ocasional con diversas mujeres. No buscará compromiso, por eso no se le conocen novias. Ya me parecía raro que siendo tan linda no tenga a nadie al lado.

Abro mi camisa para que se vean mis pechos y me siento sobre el sofá en una posición sexy. Esta cae o cae. Vas a querer repetir miles de veces conmigo preciosa Zaira.

- Oh!.- Veo que traga saliva. Ya la tengo dentro del bolsillo.- Me fui a cambiar. Veo que te has puesto muy cómoda sobre el sofá.- Camina hasta el interruptor de la luz y la enciende iluminando su sala. Y yo que pensé que le gustaba con la luz apagada.

Huye...De Mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora