Eterna Confianza.

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Alondra. Pov.

Desperté con su angelical rostro a centímetros de que mis labios tocaran sus...Bueno ella duerme con la boca abierta y babeaba de costado, aun así la hubiera besado igual; pero prefiero que sea ella la que me permita volver a sentir sus labios. No volveré a cometer el mismo error. Más allá de que sé que disfrutó tanto como yo de aquel beso.

- Se puede saber qué le has hecho a mi sobrina, para que terminara durmiendo en tu cama?.- Me dijo mi abuela en un susurro cerca de mi oído y casi grito del susto.

Me levanto con prisa trastabillándome con las zapatillas, mis zapatillas que habrá dejado Zaira al quitármelas anoche. Mi abuela cubre su boca conteniendo una risa que seguro despertará a la bella durmiente que tengo en mi cama.

- No es gracioso abuela.- La tomo del brazo para ir a la sala.- Me has dado un susto terrible, deja de reírte.

- Llevo varios minutos observándolas dormir. Ya me sentía una psicópata.- Ríe sonoramente.- Por fin esa cama es ocupada correctamente.- Niego con mi cabeza.

- No pasó nada. Me quedé dormida en el sofá...- Miro las cosas que hemos usado limpias y ordenadas.- y no sé qué hace ella en mi cama.

- No tenes que darme explicaciones...Deja que Zaira continúe durmiendo, así me dirás todo lo que quiero oír... Y bien, Alondra, qué te dijo Priscila?.

- Esa chica necesita un psicólogo con urgencia.- Suspiro mientras refriego mi cara.- Me contó todo lo que sucedió...Ahora entiendo tu reticencia.- Mi abuela asiente con su cabeza.- Igual creo que hay una posibilidad.

- No Alondra.

- Abu yo podría presentar todo lo que reuní en mi viaje. Tengo las pruebas suficientes para encerrar a esos dos.

- Quieres qué la maten?.- Niego con mi cabeza.- Ya Natalia se encontró con una pared de concreto...- Rosa chasquea su lengua.- No sé que le han pedido a la...de tu ex.

- Por qué tantas molestias?.- Mi abuela me mira confundida.- Ellos ya no tienen tanta cintura política. Podemos denunciaros. Hasta diría que por su edad les darán prisión domiciliaria.

- No tendrán apoyo, pero saben muchos secretos de otros. Dudo que sean ellos los que enviaron a matar a mi hermano. Hay alguien detrás de esos dos que tiene miedo, miedo de que su secreto salga a la luz, o lo que sea que lo asusto. Tanto que envió a matar a dos personas, sobornando a la policía bonaerense... Natalia recuperó las muestras, pero al no tener un sujeto al cual comparar, es como.

- Una aguja en un pajar.- Asiente con su cabeza mi abuela mirándome con preocupación.- No existe el crimen perfecto, existe la mala investigación.

- Estamos en Argentina hija...- Los ojos de mi abuela se iluminan por un instante.

- Algo te vino a la mente no?.

- Sí...

- Pues retenlo, porque la bella durmiente despertó....- Miro la cafetera.- Hace cuánto llegaste a mi casa?.- Mi abuela sonríe.

- Lo suficiente como para preparar café y traer medialunas calentitas...No le digas que estoy, quiero asustarla.- Niego con mi cabeza sonriendo. Yo seré inmadura, pero mi abuela tiene la culpa.

Zaira camina somnolienta por la sala y llega al sector de mi cocina. El concepto abierto habrá sido un invento muy innovador para la arquitectura, pero a la hora de cocinar los olores se esparcen. Seguro le llego el café recién hecho a la castaña, y el olor a las medialunas recién orneadas que hay en el horno eléctrico.

Mi abuela no la asustó como a mi, pero puede ver la decepción y la angustia de Zaira en cuanto Rosa le dijo que no podrá obtener justicia por sus padres. Aun creo que nada esta perdido. Comprendo las inquietudes de mi abuela, pero algo se deberá de hacer.

Huye...De Mi. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora