Zaira. Pov.
Ver a Alondra luego de dos meses, causó en mi algo inexplicable. Tenía tantas cosas que decirle y tanto que disculparme.
Rosa me dio su dirección, con la promesa que resolvería los cosas con su nieta. Esa era la idea original.El timbre interrumpió el único e inexplicable acercamiento entre ambas.
Jamás pensé que terminaría acostando en su cama a una cansada y hermosa mujer. Al terminar de comer Alondra cerró por unos instantes sus ojos. Aquella imagen de la mujer que no deja de aparecer en mis sueños y en los momentos que no debería, se durmió tranquila ante mis ojos.
- Alondra?...- No responde.- Debes acostarte, no te hará bien dormir en el sofá.
- Necesito dormir..- Dice en un susurro.
- Te acompaño a tu dormitorio...- Niega con su cabeza acomodándose de costado.- Alondra?.- Se levanta en modo zombi y la ayudo a recostarse en la que creo que es su cama.
Le quito sus zapatillas y la arropo con las sábanas. Hubiera optado por irme a mi casa y dejarla descansar, pero últimamente la impulsividad que enterré cuando era una adolescente, volvió a resurgir en estos últimos meses. Quité mis zapatos, desabotoné los primeros botones de mi camisa y me recosté junto a ella mirándola como si fuera el ser más apreciado del planeta tierra.
- Eres hermosa hasta cuando duermes.- Dije por lo bajo acariciando su rostro.
Cerré mis ojos y el olor de su perfume impregnado en la ropa de su cama me embriagó más que el vino blanco que hemos tomado. Fue la primera noche desde aquel domingo que logro dormir de un tirón sin esas terribles pesadillas en las que mis padres muertos aparecen. Mi psicólogo dice que Alondra me da una seguridad de protección. Desde que me sacó de la comisaría, y ella haya sido la única persona, a excepción de mi tía Rosa, que ha visto mi vulnerabilidad.
El olor al café recién hecho me despertó sintiéndome que dormí como miles de años.
- Hola mandona.- Dijo Alondra con una esplendida sonrisa.
- Hola.- Contesté tallando mis ojos y acostumbrándolos a la intensa luz.- Qué hora es?.
- La una...- Abro mis ojos sorprendida.
- Por qué me dejaste dormir tanto?.
- Porqué yo se lo sugerí..- Dice mi tía Rosa desde mi espalda. Me giro y ella mi mira con esa enorme sonrisa que la caracteriza.
- No pasó nada, tía, solo.
- Ya me dijo Alondra...Porque no te sentas a desayu...nar.
- Sí a desayunar abu, la mandona necesita su dosis de café.- Miro a Alondra con el ceño fruncido y ella me saca la lengua.
- Tomaron toda una botella?.- Miro a Alondra mientras me sirve el café y deja una medialuna sobre un platito.
- Necesitábamos bajar el arroz por la garganta abuela.- Le contesta su nieta.
- Si, claro...- Rosa se sienta cerca de mi.- Dormiste bien, hija?.
- Sí...- Digo seria.- Extrañamente dormí de un tirón.
- Y quién no dormiría de un tirón en ese colchón?.- Dice Alondra sentándose frente a mi.
- La próxima que me dejes hablando sola, te pateo el culo hasta que te despiertes.
- Veo que se llevan muy bien.- Dice Rosa con una sonrisa y negando con su cabeza.- Alondra creo que debes decirle a Zaira lo que me has contado.- Su nieta abre los ojos sorprendida y negando con su cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Huye...De Mi.
Mystery / ThrillerEl ser humano comienza a avanzar cuando pierde el miedo y enfrenta al futuro de frente. No es el caso de Zaira Lombardi. El miedo la paraliza y le teme al fracaso. Alondra Dumont es la antítesis de Zaira. Ella se arriesga y enfrenta sus problemas...