Abraham se inclinó para besarla. Un beso intenso. A la misma vez ella entreabrió un poco más su boca para poder sentir la lengua de Abraham juguetear con la suya. Oh Dios... todo esto empezaba a humedecerle la feminidad. Se estremeció. Era mejor aún saber que estaba atada de manos y que sería él quién tendría el control. Un gemido salió de sus labios, entonces él decidió no perder más tiempo. Bajó sus braguitas suavemente, mirándole el rostro, a pesar de que no podía ver sus ojos... se imaginaba que mirada le hubiera dado ahora mismo. Se mordió el labio. Se fijó en su pubis. Delicioso. Depilado. Le dieron ganas de mordérselo. De juguetear con su clítoris un buen rato hasta dejarla exhausta. El miembro empezó a movérsele de la inimaginable excitación que sentía ahora. Joder, que enorme estaba...
Entonces se separó un poco de su, ahora caliente, cuerpo.Bianca puso una mueca en desacuerdo.
- Espérame belleza... - le indicó él. Se estiró hasta la mesita de noche, donde estaba la curiosa bolsa que había traído hace un rato. La abrió y sacó un frasquito mediano. - te va a gustar...
- Todo lo que tú haces me gusta. - susurró ella. Necesitaba ver al menos un poco en que se estaba metiendo. ¿Que era lo siguiente que él haría con su cuerpo? No lo sabía. No lo podía ni siquiera percibir. Aunque... de pronto, Abraham subió su bonita blusa hasta tocar sus senos redondos. Sintió un fino y helado líquido recorrerle el abdomen. Olfateo un poco hasta sentir que esa sustancia deliciosa también le tocaba la garganta ahora y poco después, los labios.
Mmm...chocolate. Bianca intentó relamerse los labios, pero al intentarlo... se topó con él...
- Déjame a mí... - le pidió. Entonces bajó hasta el abdomen de ella, donde había empezado a esparcir suavemente el chocolate. Su lengua invadió por completo su cuerpo. Pasándola. De una y miles maneras. Sin dejar rastro de ese exquisito dulce.
- Ah... - gimió ella. La tibia lengua de Abraham se posicionó sobre sus senos, se los besó primero, cada uno... para luego llevarse a la boca a uno de ellos. Un caramelo jodidamente delicioso. Sus blancos dientes accedieron a morderlo. - ¡ah! - un espasmo recorrió su cuerpo.
- Mierda... sabes tan bien... - murmuró él. No podía más con su maldita erección. Tenía unas brutales ganas por meterse en su cuerpo, hundirse en él con todas las fuerzas posibles. Bianca siempre lograba hacerle perder el sentido. La misma noción. El pene empezó a latirle con fuerza. "Aguanta un poco..."
- Sigue... - le ordenó ella. Él notó que aún quedaba un poco de chocolate en su bonita boca. Pronto aplastó su cuerpo, chocando sus provocativos senos con su pecho. Haciendo la mejor conexión del mundo. Las piernas de Bianca le rodearon la espalda, bridándole una humedad entre ambas. Estaba mojada. De lo excitada que se encontraba. De las inmensas ganas por tenerlo follandola de nuevo. Abraham le besó la boca, comiéndose el poco chocolate que quedaba en la comisura de sus labios. - quiero más... - le dijo ella entre murmullos. Más parecidos a gemidos. Un sonido ronco. Lleno de lujuria. Abraham intentó mirarla. Pero no pudo encontrar sus ojos, definitivamente le hacían tanta falta ahora mismo.
- No puedo más... - le confesó él. - me tienes tan empalmado...
- ¿No hay más que deba probar? - preguntó ella. Inquieta.
Tratando de jugar un poco más. Una sonrisa le adornó el rostro. Abraham bajó la mirada, no podía con aquella humedad proveniente del sexo de Bianca que le rozaba el miembro. Era demasiado para un solo hombre. Ninguno se hubiera tardado tanto en follarla como él, cualquier otro se hubiera vuelto loco con tan solo verla desnuda.¿Probar?... Entonces se le ocurrió una idea.
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Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)
FanfictionCuando a Abraham Mateo, uno de los criminales más buscados en todo Estados Unidos, le convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Las Vegas, no duda ni un segundo en aceptar la oferta. Lo que no pensó... fue enamorarse de una de ellas.