Capítulo 3.

6.1K 404 5
                                    

- ¿Abraham? - preguntó el hombre fuera del auto. Bianca se sobresaltó. Le sonrió a Abraham, este parecía más bien a gusto con todo esto. Trató de bajarse de las piernas de él con dificultad. Una vez sentada en el asiento del copiloto, Abraham abrió la puerta.

- Ah... no es cierto... - dijo con una gran sonrisa. Bajó del auto y abrazó con fuerza al hombre que lo acababa de saludar. - joder estás más grande. - le dijo. Y sí, ahora tenía dos tatuajes más y había hecho ejercicio.

- Siempre he sido así, imbécil. - se abrazaron. Bianca miró desde adentro del auto. - ¿se puede saber que haces aquí?

- ¿Nadie me ha extrañado aquí acaso? - Abraham río.

- Vale sí, sí...como sea... y...- trató de observar quién seguía en el auto. - ¿es una amiga? - se volvió hacia Abraham, brindándole una mirada cómplice. Abraham negó con la cabeza mientras reía. Si tan solo supiera que Bianca era más que eso.

Abraham abrió la puerta del Ford. Bianca se volteó a verlo.

- Te quiero presentar a alguien... - le susurró con una bonita sonrisa. Bianca salió del auto de inmediato. Quería ser atenta. Diferente. ¿Abraham había tenido otras novias? Bueno, ella quería demostrar que podía ser algo más que solo eso. Él la vio rodear el auto, dirigiéndose a los dos - Ella es Bianca

- Un gusto... - este le cogió la mano, besándosela. Vaya. Abraham era un maestro realmente. Lo admiraba de ciertas maneras. Sabía elegir a las mujeres. Y Bianca no era la excepción.

- Mi novia. - aclaró Abraham. Con una oleada de celos en su cuerpo. Pequeña, pero la había. - él es Nolan, un amigo...

- Un gusto también. - le dijo Bianca, de pronto sintió los brazos de Abraham abrazarle la cintura, se volteó a mirarlo.

- ¿Y os quedaréis un tiempo aquí? - preguntó Nolan.

- Sí, eso planeamos...

- Pensé que no vendrías más.

- Bianca quería conocer... - la volvió a apretar contra su cuerpo, ella le dedicó una sonrisa.

- Sí...pero... - Nolan sonrió incómodo. - ya sabes... lo último que pasó no fue muy bueno y...

Abraham endureció la mandíbula. Sintió la mirada de Bianca sobre sus ojos. Buscando una respuesta. Una pequeña palabra proveniente de sus labios que le explicara que había pasado. ¿Qué era lo que ella no sabía? ¿Y por qué no lo sabía? Y al ver que no obtendría respuesta de parte de Abraham, intentó preguntárselo a Nolan.

- ¿Qué fue lo que pasó? - le preguntó.

- ¡Abraham! - un hombre rubio y alto apareció por detrás. Tenía un enorme dragón en su brazo derecho, tatuado hace más de cinco años. Su favorito. - ¿Qué haces aquí niño?

- ¿Niño? - saludó Abraham. Se volteó para abrazar a Dam. - ¡joder has envejecido!

- No, es el ejercicio... me tiene así... - mostró su bícep derecho. - guou... ¿y quién es ella?

- Bianca, mucho gusto. - saludó ella, estirando la mano.

- No, no... el gusto es mío bonita. - estrechó su mano. - no me digas que este campeón - palmeó el hombro de Abraham. - te tiene en sus redes...

- Dam... - murmuró Abraham, algo avergonzado. Bianca sonrió.

- Nunca escoges mal, eh. - Dam río. Los años lo habían hecho trizas. O al menos Abraham lo recordaba diferente. Más vivo. De otra forma. El color de su cabello había cambiado, al igual que su voz y su aspecto.

- ¿Sabes si Pablo está en casa? - preguntó Abraham. - me quedaré unos días en San Fernando, pero él tiene las llaves...

- Lo vi por la mañana. Seguro que está follando por ahí...

- Dam. - volvió a decirle Abraham, esta vez incomodo por Bianca. Ella soltó una pequeña risita. - ¿quieres decir que no está ahora?

- No, probablemente no... - negó él.

- Joder... - renegó Abraham.

- Si viene por aquí le diré que has venido, ve y da una vuelta por ahí mientras regresa...

- Sí, tienes razón. - le dijo Bianca. Con verdaderas ganas de conocer más. Abraham observó sus labios. Le provocaba besárselos en ese mismo instante. No se podía creer lo increíble que era con él. Lo poco que le importaban sus defectos. Oh, vaya. Las ganas se hicieron más grandes. Una idea se le vino a la mente.

- Vale... - dijo, y sonrió al ver que Bianca sonreía. - iré por ahí y regreso en una hora, si ves a ese gilipollas por aquí, le dices que he venido y que quiero que se vaya de mi casa ¿esta bien?

Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora