Abraham abrió sigilosamente sus labios, dejando entrar el acogedor aliento de Bianca en su boca. Los apretó, y Bianca hizo lo mismo, mientras acurrucaban más sus brazos sobre los hombros de Abraham.
- Sabía que serías tú quién no cumpliría el trato... - susurró él, con una bonita sonrisa entre sus labios.
- Tenía ganas de besarte. - admitió ella. A Abraham le dio un ligero regocijo en el corazón. En ese momento ninguno de los dos sentía la necesidad de follar o algo parecido. Más bien, esas ganas habían desaparecido. Lo único que él deseaba en ese momento era sentir sus bonitos labios besar los suyos. - ¿puedo... - ella se acercó de nuevo.
- Sabes que sí. - le afirmó él, apretándole la nuca para que ella pudiera besarlo más intensamente. Se separó unos segundos. - puedes besarme las veces que quieras... -
Bianca se rio, una risa pequeña, de felicidad, de simple ternura... maldición...ese momento parecía de dos típicos críos enamorados, algo que ellos dos... ¿no eran?- Metámonos juntos. - le dijo él. Y le volvió a sonreír, Bianca sintió que veía la sonrisa más linda del mundo. Sí, siempre la había tenido, pero era ahora donde empezaba a notarlo.
- Pero hace frío... - ahora fue Bianca quien rozó suavemente sus labios sobre los de Abraham, sin llegar a besarlos.
- Claro que no. - le dijo él, y ligeramente caminó hasta la ducha abierta, con Bianca delante de él. Ella trato de resistirse, pero eso solo hizo que Abraham ahora la cargara de la cintura para meterse al agua con ella.
Bianca entre abrió los labios. Maldición, el agua estaba heladísima, que lo sentía hasta en los huesos. Él también sintió un remezón en todo su cuerpo por el frío, pero lo resistió para que no lo notara. De pronto el agua caía sobre los dos, a pesar de que esta estuviera fría... había un calor ligero entre los dos, que los mantenía unidos, que hacía que ese momento fuera jodidamente increíble. Abraham bajó la mirada, las gotas de agua caían con fuerza sobre el cuerpo de Bianca, por lo que podía ver borrosamente sus manos en medio del agua. Intentó palmarlas. Acariciando su brazo, Bianca sintió un cosquilleo en el estómago, Abraham estaba buscando sus manos, y cuando por fin las encontró, las enlazó con las suyas.
- Ya no hace tanto frío. - le dijo, mientras sus dedos se tocaban. Bianca negó con la cabeza ante su comentario. - Al menos para mí no...
- Para mí tampoco...
- Excelente... - susurró él, sonriéndole, y entonces Bianca también lo hizo. Le sonrió. Mientras sus manos se tocaban y se entrelazaban bajo el calor de sus cuerpos. No dependía de ninguno de los dos lo que pasara luego... el momento...era perfecto.
La besó. Los labios de Bianca estaban helados, aún no se podía creer como había soportado tanto tiempo bajo el agua más helada del mundo. Entreabrió los labios, Abraham introdujo su lengua, tibia y acogedora en su boca. Por fin sentía un poco de calor. Poco a poco los dos fueron alejándose del agua, y de lo fría que estaba mientras ninguno se atrevía a dejar de besar al otro. Ya no había explicación para lo que pasaba en ese momento. Cualquier otro que estuviera viendo esto... pensaría y afirmaría que no se trataba solamente de un simple criminal y su secuestrada... sino ... de una relación mucho más fuerte que aquella.
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Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)
Fiksi PenggemarCuando a Abraham Mateo, uno de los criminales más buscados en todo Estados Unidos, le convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Las Vegas, no duda ni un segundo en aceptar la oferta. Lo que no pensó... fue enamorarse de una de ellas.