Capítulo 14.

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Bianca se estiró en la cama. El sol le dio en la cara, era bajito... pero llegaba a fastidiarle un poco la vista. Se dio vuelta palpando con las manos a Abraham, pero en cambio no encontró nada. ¿Dónde podía estar a tan tempranas horas de la mañana? Pero claro... olvidaba que su novio era un madrugador. Así que decidió levantarse de ahí y ponerse a buscarlo.

Abraham le facilitó la faena. Entró a la habitación. Escondió una pequeña bolsa tras su espalda y la dejó en la mesita de noche.
-    ¿Tú, levantada a esta hora? - Abraham arqueó una ceja. Estaba tan guapo. A esas horas siempre se ponía más de lo normal. Tenía un aire matutino, una frescura en el rostro, una bonita sonrisa.

-    Te busqué... pero no estabas... - Bianca señaló la cama con la vista.

-    Había salido un rato. - se acercó a ella, rodeándole la cintura, adueñándose de sus finas caderas. A él en cambio le gustaba verla con ese aire ligeramente desarreglado. Somnolienta. Aún con ganas de tirarse a la cama y dormir un poco más.

-    ¿A dónde?

-    A ver a Sara...

-    ¿Eh?

-    Es broma, nena. - le besó la mejilla. A Bianca no pareció hacerle gracia aquella bromita. Simplemente había empezado a aborrecer ese nombre, y a la persona. - fui a hacer unas compras, no hay nada aquí.

-    Mmm... - Bianca sobó sus manos sobre el torso de Abraham. - es una pena...

-    ¿Pena por qué?

-    Te quería encontrar a mi lado... - suavemente posicionó sus labios sobre el cuello de Abraham. Él cerró los ojos, disfrutando del dulce contacto entre su boca con su piel. Tragó saliva. Sabía como hacerlo enloquecer.

-    Aquí estoy... - le susurró. Levantó la tira izquierda de sus braguitas. Bianca le apretó el cuello, esta vez besándole los labios ligeramente, rozándoselos, haciéndolo provocar, jugueteando de pronto con su lengua, confundiéndolo... "¿Qué querías? Dímelo...antes que te tumbe sobre esa jodida cama muñeca." pensó.

-    ¿Qué es lo que te atrae de esa puta de Sara? - le preguntó entre besos.

-    Joder. ¿De nuevo con eso?

-    Dímelo.

-    No me atrae nada, no me gusta. - detuvo sus besos para poder centrarse en sus ojos. Bianca lo miró, tan inocente. - me gustas tú. - posicionó sus manos bajo su cintura, tocándole el culo con ganas. - tú...tú me fascinas...

-    Mientes... - fue ella quien lo tumbó sobre la cama. Antes de subirse a su cuerpo, fue hasta la puerta para cerrarla con seguridad, sin temor de que Pablo volviera a entrar. Esta vez nadie los interrumpiría. Gateó sobre la cama hasta llegar al cuerpo de Abraham, tendido y esperándola con el miembro erecto. Con ganas. Ganas inmensas por meterse dentro de su cuerpo. Penetrarle tanto como podía. Sus finas piernas se posicionaron a los lados, sentándose sobre el vientre de Abraham. - ella te gusta...

-    Te juro que no... - él le apretó el rostro para poder besárselo. - sabes que me muero por ti nena. Solo por ti... - Bianca sonrió plácidamente. Volvió a sentarse sobre él. Mordió su labio inferior al sentir ese enorme bulto bajo su feminidad. La aplastó más. Abraham gimió.

-    Que bonito... - bajó la mirada, ahora jugueteando con la erección. Abraham pensó que moriría. Que explotaría en cualquier momento. - ¿te duele?

-    Mucho... sácala... - le pidió.

-    A veces me pregunto... - le desabrochó el pantalón. Abraham soltó un respiro. - ¿Qué piensas cuando hago esto? - bajó la cremallera de su pantalón, adentro la exuberante erección de Abraham. La sobó por encima. Masajeándosela.

-    Que eres simplemente la mujer perfecta de todo este putísimo mundo. - le dijo, observándola masajearle el miembro. - oh sí... - cerró los ojos.

Bianca volvió a sonreír. Se inclinó un poco hacia abajo, chocando sus senos contra el torso de Abraham, para así sacarle por completo los pantalones. Se los bajó.

-    ¿Te gusta así? - le preguntó ella. Sus finas manos tocaron sin descaro y por completo el pene de su guapo novio.

-    Sí, sí...¡sí! - la feminidad de Bianca volvió a chocarle el miembro. Y lo que él no podía soportar era que aún ambos se encontraban con ropa interior. Pero no dejaría que termine. Tenía un plan mejor. - es mi turno... - la bajó de encima de su torso con delicadeza. Bianca se quedó tendida sobre la cama.

Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora