Capítulo 26.

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-    ¿Dónde está Bianca? - preguntó Abraham. Miró a Pablo y este no supo que responder.- coño, te acabo de hacer una pregunta, ¿dónde demonios está Bianca? – volvió a preguntar, esta vez más alterado.

-    Ella... - Pablo se aclaró la garganta. – ella salió y dijo que volvería en unos minutos.

-    Debe estar cerca. – afirmó Sean.

-    ¡Joder! – se quejó Abraham. Tenía los nervios en punta. No... no, Bianca tenía que estar bien. Si algo llegaba a pasarle no sabría de que sería capaz. – todo esto es tu maldita culpa... - se abalanzó hasta Pablo, en el intento desesperado por desquitarse de aquella gran culpa que sentía dentro. Pero Tony lo detuvo, interponiéndose entre los dos.

-    ¡Cálmate! – le gritó. Abraham se soltó de inmediato de los brazos de Tony. Golpeó la puerta con la palma de su mano haciéndola resonar. - si no viene en unos minutos...

-    La ha secuestrado. - Abraham tragó saliva. – ahora también a Bianca, estoy seguro que también ha sido él.

Entonces Victoria se echó a llorar sobre el torso de Tony, que la acogió de la cintura fuertemente. Era muy fuerte, pero había algo que lo hacía débil y era ver a Victoria de esa forma. Recordar junto a ella la manera en la que habían abusado de ella... le dolía...le dolía muchísimo...

-    ¿De que habláis? – preguntó Sean.

-    Es una larga historia. – contestó Tony. – pero estoy seguro que tú también recuerdas a James Limbert.

El rostro de Sean empalideció. ¿Limbert? Joder...ese apellido le traía tantos recuerdos.

-    Sí. – contestó.

-    A sido ese quién a secuestrado a Bianca.

-    ¿Cómo lo sabéis? – intervino Pablo. – pero qué...¿qué tiene que ver Limbert con Bianca?

Abraham solo se quedó pensando '¿Pero que tiene que ver Limbert con Bianca?' Esa era la clave. James Limbert no tenía nada que ver con ella, pero sí con él. Se estaba vengando justo como lo había sospechado. Y estaba tocando lo más preciado para él. Nada le importaba más que tener a Bianca con él ahora mismo. Sentía tanta impotencia por dentro. Le había prometido que a su lado nada llegaría a pasarle, aunque sabía que iba a ser difícil se había propuesto cumplir esa promesa hasta que el destino lo quisiera, o mejor dicho... hasta que ella de algún modo dejara de quererlo si es que eso llegaba a suceder, pues él jamás lo dejaría de hacer. Una promesa que cumpliría así fuera lo último que tuviera que hacer.

Bianca, su Bianca... no podía ser secuestrada por nadie más que no fuera él.

Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora