Capítulo 25.

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-    Contéstame... contéstame por favor... - susurró contra el micrófono del teléfono. Pero nadie respondía en la otra línea. - joder Abraham. - se quejó. Siguió marcando su número, una y otra vez. Hasta que por fin alguien le respondió.

-    ¿Bianca?

A Bianca le dio un regocijo en el corazón. Estaba muy preocupada por él, pero no era momento de demostrárselo.

-    Mi amor, perdóname...

-    Solo llamé para saber si estabas bien. Aparécete a la hora que se te de la gana. - intentó colgar, pero la voz de Abraham se lo interrumpió.

-    No, no mi vida... por favor escúchame...

-    ¿Qué te escuche? Me dijiste que no demorarías más que unas horas, y ya casi va a ser otro día. - le reprochó. - ¿piensas que lo estoy pasando de puta madre con tus inigualables amigos aquí?

-    ¿Te han hecho algo?

-    Respóndeme tú.

-    No. Ya sé que no. Pero te pedí tiempo.

-    ¿Y cuanto quieres? ¿un mes? Haz lo que quieras, pero una estúpida llamada tuya hubiera bastado.

-    Estoy regresando, he tenido que viajar y no he tenido señal para llamarte.

-    ¿Viajar?

-    Si tan solo me dejaras hablar...

-    Está bien. - Bianca se calló por un momento.

-    Te lo contaré todo cuando este contigo ¿vale? pero por favor no estés molesta bonita...

-    ¿Qué no este molesta, Abraham? No te importo ni siquiera un poco que este preocupadísima aquí. Nunca te importo.

-    Me importas. Lo sabes. Sabes que todo lo hago por ti, sabes que yo... te amo...

Se hizo un silencio entre los dos.

Bianca deseó tanto tenerlo entre sus brazos ahora mismo. Besarlo.

-    ¿Estás bien? - le preguntó él.

Bianca se demoró en responderle. De verdad necesitaba tenerlo ahí con ella. De pronto, algunos pasos se escucharon tras ella. Menuda calle en la que se encontraba, mejor dicho callejón... Tragó saliva, pero no quiso alarmar a Abraham, así que decidió ponerse de pie de aquella acera en la que se encontraba y caminar en dirección a casa de él.

-    Sí ¿por qué? - siguió ella. Caminó lo más rápido posible. Sin mirar atrás. Pero mientras más caminaba, más cerca se escuchaban los pasos. Mierda, alguien la estaba siguiendo.

-    No lo sé, sentí que debía preguntártelo.

Bianca no habló esta vez.

-¿Estás ahí? - preguntó él. En ese momento Tony desvió su mirada de la carretera para observar a Abraham.

Bianca corría. Corría lo más rápido que podía. Los pasos se hacían más fuertes. Tenía el celular en la mano, Abraham aún estaba al otro lado de la línea...

-    Joder, respóndeme... - le pidió él. Y escuchaba su respiración agitada. Estaba corriendo. - algo le pasa... - le dijo a Tony.

*****

- ¡ABRA... - alguien tapó sus labios con brutalidad. Ella intentó zafarse, pero unos brazos fuertes la atraparon por detrás. No podía ni siquiera moverse por la enorme fuerza que la encerraba. Empezó a gemir, a llorar, a hacer algo para que alguien pudiera escucharla. Intentó morder la mano de aquel hombre que trataba de asfixiarla, pero al hacerlo... recibió un enorme golpe en el rostro, haciéndola quedar inconsciente.

El celular cayó tendido en el suelo.

*****

-   Bianca... - susurró Abraham, aún con una pequeña esperanza de que ella pudiera contestar. - respóndeme... - tragó saliva. - respóndeme y dime que estás bien...

Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora