Bianca apretó el móvil entre sus manos. Agitada. Soltó un suspiro. Sus cuatro mejores amigas habían desaparecido en lo que iba de noche y si el instinto no le fallaba...ella podría ser la siguiente en desaparecer.
- ¿Quién eres? - preguntó al teléfono. Nadie le respondió. - ¡joder, me has estado llamando toda la puta noche! - gritó desesperada. Tenía dieciséis llamadas de ese número y ni siquiera sabía de quien se trataba - tú...tú las has secuestrado...- farfulló Bianca refiriéndose a sus amigas.
- Se donde estás ahora - le respondió él. Tan mecánico y relajado. - te estoy viendo. - Bianca solo logró ponerse más nerviosa al oír esas palabras. Miró a ambos lados de la habitación, estando completamente sola - así que...escucha, necesito que salgas de la habitación en la que estás.
- No lo haré. - respondió ella. Nerviosa.
- Nena, tienes dos minutos para salir de tu preciosa habitación ¿vale? O si no me tocará a mí tener que sacarte de ahí... si es que no nos quedamos un rato a probar la cama...
- ¿Vas a matarme? - susurró Bianca. Apunto de derramar las primeras lágrimas de la noche.
- Sal de la habitación. - le dijo serio. Sin escrúpulos, como siempre. - o esta vez te juro que mato a una de las putas que me he traído. - y rio por el teléfono. - no, no...quiero decir, tus amigas.
Bianca salió fugazmente de su habitación. Casi corriendo, jadeante y con el pánico en la garganta.
- Eso es...- susurró Abraham, por el teléfono. - ahora ve a la cocina.Y entonces, una ligera idea se instaló en la mente de Bianca. Colgó el teléfono y corrió con todas sus fuerzas hasta la puerta principal de la enorme mansión de sus padres en Las Vegas, pero cuando intentó abrir la puerta...ya era demasiado tarde.
- Ah, ah. - negó él. - te dije que vayas a la cocina. - Bianca sintió las manos de aquel hombre apretarle la cintura, sintiendo el contacto de su piel con la suya, tibia, temblorosa, suave, un desliz jodidamente provocador y sensual, pero que a la misma vez la sumía con salvajismo entre los brazos de él. Abraham tapó los labios a la misma vez que obstaculizaba su respiración. Y antes de que ella pudiera caer desmayada, Abraham susurró algo en su oído. - resultaste más guapa que las demás, eso... - delicadamente se hundió entre el cabello de Bianca, entre su apetecible olor, la estaba dejando sin conciencia, y poco a poco se sentía dueño de ese cuerpo que ella manejaba. Ese, que empezaba a ponerle. - me gusta.
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Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)
FanficCuando a Abraham Mateo, uno de los criminales más buscados en todo Estados Unidos, le convocan para el secuestro de cinco chicas millonarias en Las Vegas, no duda ni un segundo en aceptar la oferta. Lo que no pensó... fue enamorarse de una de ellas.