Capítulo XXVII

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- Son cien dólares, cariño.

- Lo que sea, joder. - le tiró los billetes al suelo. - pensé que cobrarías menos por ser yo.

- Ni lo sueñes. - se defendió ella, y salió de la suite de Rubén meneando las deseables caderas de un lado a otro. Recogió el resto de su ropa en el camino hacia la puerta. - si necesitas algo, llámame. - él la miró despectivo, mientras la rubia cerraba la puerta de aquella suite.

Otra noche más. Otra puta más. Y se le hacía eterno. Se le hacía eterno y apenas había pasado una semana desde que Bianca había desaparecido de nuevo. No veía la hora de volver a verla y poder cobrarle todo lo que le había hecho.

- Puta... - murmuró. - que te follen bien Bianca Walker. - dijo lleno de ira pura. Sacó otro Derby del bolsillo y se lo puso en la boca. - que te den bien hasta que yo vaya a por ti. - encendió su cigarrillo y aspiró el humo hasta los principios de su garganta, para luego dejarlo salir. - disfrútalo...

Le dolía. Y se había convertido en una jodida obsesión. Bianca era su maldita droga. Era el punto que lo tenía enloquecido. Y disfrutaría tanto el día en el que la viera sufriendo al igual que él, horas antes de que lo dejara plantado en su propia boda. Pero sí... pagaría todo. Todo lo que le había hecho. Le pagaría todas y cada una de las cosas que le hizo sentir ese maldito día. Y el momento...estaba cada vez más cerca...

El móvil de Rubén empezó a sonar.

*****

- ¿Qué te pasa? - le preguntó Victoria, al verla sentada sobre las pequeñas butacas de la cocina, a esas horas de la noche. Bianca solo después de un par de segundos pudo reaccionar ante sus palabras.

- Nada... - mintió. En verdad se le había quitado el sueño. Se desató la trenza que acababa de hacerse, dejándose el cabello libre. Victoria se quedó observándola, la conocía mucho como para tragarse esa mentira. Se le acercó.

- Va enserio, ¿qué sucede? - volvió a cuestionarle.

- Es que... - ella respiró hondo. Desde hoy en la mañana, con aquella pesadilla, las cosas se le habían hecho pesadas. Tenía cierto presentimiento que no le dejaba en paz. - siento que... siento que algo no va bien...

*****

Rubén contestó el móvil.

- Buenas noches, Richard. - le saludó Rubén. El padre de Bianca se aclaró la garganta. Después de todo lo que había pasado, había huido de Las Vegas hasta su residencia en Hawaii, para evitar la típica interferencia de los medios de comunicación. No quería saber nada de la puta prensa y sus chismes de última sobre "el nuevo secuestro de su hija". Lo peor era que algunos periódicos ya sospechaban sobre la relación que tenía ella con el mismo secuestrador.

- Quiero que te quede clara una cosa Rubén, al único que quiero que hagas sufrir es al desgraciado que se ha llevado a mi hija. - Le advirtió Richard seriamente.

- Está bien. - Mintió él.

****

Victoria la miró dubitativa.

- ¿Qué estás pensando?

- Hoy tuve una pesadilla...

- Vaya, pensé que habías madurado. - se burló Victoria.

- ¿Por qué nadie toma enserio esto? Joder esto es real Victoria, estoy hablando muy en serio...hay algo que no está bien... y...y no sé que es.

****

Rubén apretó el teléfono entre sus manos, orgulloso.

- Se el lugar exacto en donde tienen a Bianca. - sonrió. - se donde está, como está y todo... todo lo demás.

Richard río en la otra línea. Pronto podría volver a Las Vegas sin tener que avergonzarse de nada.

- Pon tu plan en marcha.

- Cuanto antes Señor Walker.

****

Y ojalá aquella noche alguien hubiera prestado atención a los presentimientos de Bianca. Porque pronto, aquellas señales... sucederían.

Secuestrada. {HOT} (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora