Capítulo 22: Furia.

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Aparcó el mini justo en el final del callejón. El Lamborghini de Jorge yacía allí,aparcado.Ninguna señal de movimiento.

- ¿Me esperas aquí, cariño? - le dijo a Naiara. - Mamá ahora viene ¿dale?

- Si. - le dijo la niña, centrada, con sus muñecos .Martina se aseguró de dejar el coche bien cerrado. Total, en ese callejón no había ni una sola casa. Y no pasaba ni un alma. Martina echó un
vistazo al aparato que le pedía la clave de acceso. Por suerte, de momento, la memoria no le fallaba. Tecleó con ímpetu y las puertas se abrieron. No dudó ni un segundo en entrar. Los dos guardas que estaban en esa parte del pasillo se la quedaron mirando.

- ¿Qué se te ha perdido por aquí, nena?

- Uno, no me llames nena. - dijo Martina amenazante y súper enojada. Por todo. - Y segundo, soy la mujer de Jorge Blanco, así que, machote,déjame pasar.

- Ya, y yo soy Johnny Deep. Lo siento, solo agentes que pertenezcan a la
agencia.-Martina se puso en frente del agente, vacilante. Igual o más que él. No. Definitivamente, más, mucho más.

- Mira hombre, no me toques la pera. - le dijo, señalándole con un dedo. - No hay nada peor que una mujer de veinticinco años enojada con su futuro marido.Tengo una hija de cuatro años que me está esperando en el coche, se utilizar mis manos y he matado a dos mujeres, solo porque me tocaron mucho la moral. Cuando me enfado, hasta Jorge me tiene miedo. Y si tú, pedazo de idiota, no me abres la puerta en cinco segundos te juro que te agarraré de las pelotas y te las pondré de pajarita. ¿Estamos?-El agente tragó saliva. Se giró hacia la maquina y las puertas de metal no tardaron en dejar pasar a Martina. Ella no dedicó ni una sola sonrisa. No estaba para sonreír. El ajetreo del otro día volvió a recordarle cosas. Como el polvo en la oficina de Jorge. Pero... no. No podía estar o parecer feliz. No. Estaba dolida, enojada. Si era lo que pensaba... si Jorge... le había sido... de nuevo... Y más... cuando quedaba nada y menos para su boda. Las miradas se centraron en ella. Los hombres la devoraban, las mujeres,recelosas, comentaban cosas sobre ella. Martina se preguntó cuál de ellas era la puta de Alba. Y no había mejor manera para saberlo:

- ¿Alba? - se plantó en medio de esa gran sala tintada de un blanco puro y
calmante y miró a su alrededor. Sin avergonzarse, volvió a llamarla. - ¿Alguien me dice quien es Alba? ¿Eh? Una tal Alba que se mensajea con MI
novio. - dijo dándole énfasis a esa palabra.

- ¿Qué haces aquí? - sintió la voz de Jorge, a sus espaldas. Ella se giró, y lo
vio. Lo vio, tan guapo como siempre. Pero a la vez, tan hijo de puta como antes. -¿Martina? ¿Qué haces? -Martina se sacó el iphone del bolso y enseñó la pantalla por la página de los
mensajes de texto de él y esa tal Alba. Martina no contestó a su pregunta.Simplemente, se limitó a formular otra:

- ¿Que son estos mensajes en tu celular?

- ¿Qué haces tu chusmiando mi celular? - arqueó una ceja, arrebatándoselo de las manos y leyendo lo que él mismo había escrito.

- No sé - dijo irónica. - dentro de una semana seré oficialmente tu mujer, creo qe tengo derecho a ojear con quien te escribes, y más si te dejas el cacharro en casa ¿no? - suspiró, con lágrimas en los ojos. - ¿Quién es esa Alba?

- Pues, soy yo, nena. - una voz sensual, femenina, sonó de nuevo, a sus espaldas. - ¿me buscas?-Una chica, de pelo negro, pero de las que le quedan bien, con unos ojos oscuros, hipnotizantes, una boca con labios de fresón, más o menos de su estatura, y con un cuerpo... ¿Qué para que contar? No tenía los mejores pechos que se
podían desear, eran pequeños, pero estaban bien puestos. Pero la chica era
curvilínea, y estaba de infarto. ¿Por qué mierda todas las chicas de Jorge tenían que ser una reverenda pasada?

- ¿Tienes algo con ella? - dijo Martina, entre lagrimas.

- Eh, eh, para el carro. - le dijo la pelinegro. - Jorge es mi mejor amigo. Yo y él no tenemos nada. Si pensaste mal sobre alguno de esos mensajes es
porque Jorge y yo siempre estamos de broma... y lo de fiera, tigresa... - sonrió.
- me lo llama porque puedo beber más que él cuando nos vamos de joda.

- ¿Acaso te he preguntado, zorra? - Dijo Martina, con el corazón en un puño, asqueada y muy, muy enojada. Recibió una bofetada. De parte de ella. No, la verdad es que no parecía una cualquiera. No como Stephie... no parecía... no parecía un rollo o simplemente, una ex de Jorge.

- Tranquilízate. - le dijo Alba.

- Ya te lo ha dicho ella, Martina. - dijo Jorge. - Solo es mi mejor amiga.-Martina asintió, incrédula. Se frotó la mejilla, dolorida. ¿Quién se creía para abofetearla?

- ¿Y por que esos mensajes? - lo riñó. - ¿Eh? ¿Dime? - aun centrada en su idea, Martina, dijo lo que más le dolía. - a punto de casarnos y tu, te dedicas a gorronear con otras.

- Nena... - Alba se retiró el pelo, hacia atrás.. - Se que estás enojada, y que ahora mismo no le harás caso a una extraña, ni mucho menos. Jorge me habla mucho de ti, y de verdad, durante todo el tiempo que hace que lo conozco, nunca lo había visto tan enamorado.

Voten y comenten que les pareció. Las quiero.

Protegeme 3 - jortini (hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora