- Ya voy. – chilló Ruggero.
- Eso, tu grita más.- Ruggero negó con la cabeza y fue hacia la entrada de su enorme casa.
- Jorge, es tu madre.
- ¿Trae a los niños?
- Ajá.-Jorge se colocó un pantalón de pijama y fue a la entrada, a encontrarse con Cecilia.
- Hey, mamá. – le besó la mejilla. Cecilia le devolvió el beso, pero sus fosas nasales captaron otra cosa.
- Niño, ¿has bebido?
- Eh... - Jorge suspiró. – si... ayer en la despedida de soltero...- Cecilia le agarró la cara, apretando sus mejillas, de forma que Jorge parecía un pez.
- ¿Cuántas veces te he dicho que tienes que controlar el exceso de alcohol? ¿Y tus hermanos? Seguro que están más frescos que una rosa. ¿Y tú? Mírate, el novio, y estás más pálido que la nieve.
- Masdhma... - Cecilia soltó la cara de Jorge y lo miró mal. – Lo siento. – fue lo único que supo decir Jorge. – Pero ya sabes...
- No, no hay excusas Jorge. – puso los brazos cruzados. Naiara rió, viendo como su abuela metía bronca a su propio padre. Cecilia terminó por aflojar la expresión de su cara y sonrió, agarrándo a Naiara en brazos. - ¿Quieres que me los lleve? – dijo mirando alternativamente a Nai y a Bruno.- Jorge observó el vestidito blanco que llevaba Naiara. Realmente estaba hermosa... y le recordaba a Martina. Tanto, tanto... era guapa. Una niña guapísima. Su abuela los había vestido y peinado.
- Mhh... ¿pero qué hora es? – dijo Jorge, buscando algún reloj.
- Ahora mismo...Las campanadas de la iglesia sonaron. Las doce tocadas.
- ¡Mierda!
- Jorge Blanco, esa boca. – le reprochó su madre.
- Mierda. – Cecilia lo miró mal de nuevo. – es que ¡son las doce!
- ¿No me digas? – dijo ella alzando una ceja. - ¿Y a qué esperas, hombre?Dentro de media hora debes estar en el altar y no estás ni duchado. Hay dio, que hijo me ha salido. – rió su madre.
- No hace gracia, no hace gracia. – suspiró. – mamá, si me haces el gran favor...
- Tranquilo, yo me ocupo de Bruno y Naiara.- Ruggero apareció por la puerta. Vestido de traje negro.
- No se preocupe señora Guereña, yo puedo encargarme de los niños, ya estoy arreglado. – miró a Jorge. – no como otros.
- Es que ¡si me hubieras despertado!
- ¿Perdona? Esa es tu obligación. Anda corre, que ahora te quedan veinticinco minutos.- Jorge se metió para dentro, despojándose del pantalón del pijama y de los bóxers, mientras se repetía a si mismo que Martina le cortaría las pelotas en rodajas si llegaba tarde al día más importante de su vida.
- ¿Dónde está? – Los ojos de Martina se empezaron a humedecer. Las manos le temblaron. Pensó que no podría ni sujetar el ramo. - ¿Alguien sabe donde está Jorge? – preguntó desesperada entre algunos de los seiscientos invitados. Nadie sabía dónde estaba. Tampoco encontraba a Ruggero. Ni a Naiara. Martina se volvió a meter dentro de la capilla, mientras los invitados se colocaban en los asientos de la iglesia.
- Martina, ¿Qué has hecho? – la maquilladora la hizo sentar de nuevo para retocarla, por enésima vez. – tranquila... - le dijo. – si lloras y te pones nerviosa,aparecerán marcas y se te correrá el rímel.
- Me da igual. Yo solo quiero saber donde está Jorge..-Mercedes la agarró de la mano.
- Hey, seguro que tiene una buena excusa, no te precipites.
- Mer. - Martina miró a su amiga, mientras la peluquera le pasaba una vez más la plancha por la melena castaña. – te juro que si Jorge no aparece ahora mismo le dejo un año sin... - iba a decir una grosería, pero se detuvo. – sin fornicar.Eso.
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Protegeme 3 - jortini (hot)
RandomYa saben sus nombres, ya saben la misión de Jorge Blanco...proteger a Martina Stoessel y ahora a su pequeña niña Naiara. Amistad, romance, peligro, secretos y más cosas se aproximan ¿te animas a ser parte de está nueva etapa en la vida de Jorge Blan...