Protegeme 3 - jortini (hot)

Capítulo 38: La boda 3/3

- ¡Idiota! - Jorge apretó histérico el claxon de su Lamborghini.

- Adelántalo. - le dijo Ruggero señalando con el dedo. Jorge hizo caso de lo que le decía su amigo y adelantó al hombre del Citro en negro. Ruggero bajó la ventanilla del copiloto. - ¡Hijo de puta! - le enseñó el dedo del medio,mientras Jorge corría por la carretera.Naiara y Bruno se lo pasaban bomba, sentados en dos sillitas, detrás,mirando como sus padres se discutían con gente de la carretera, que ni siquiera conocían, y hablando entre ellos dos, de sus cosas... de pequeños. Ruggero les echó un vistazo. - ¡Pero qué guapo te ha puesto la yaya Ceci, Bruno! - le dijo gracioso. Naiara hizo puchero. - tú también estás muy guapa Nai. - le guiñó un ojo y Naiara se sonrojó.

- No coquetees con mi hija. - dijo Jorge mirándolo mal. Pero terminó riendo.

- Oh lo siento. Me gustan jóvenes, pero no tanto. - le siguió la corriente Ruggero.- Pero de grande estará buena.-Jorge le pegó en la cabeza.- ¡Au! ¿Qué?

- Ya hemos llegado. - dijo Jorge estacionando donde pudo. -Martina meva a matar.

- Vamos, tampoco es tan tarde.

- ¿Qué no? Llego media hora tarde. Me va a dejar un año sin follar.

- Lo que te faltaba. - Ruggero bajó y desabrochó a Bruno y Naiara, que saltaron del coche de prisa y empezaron a corretear por allí. - Si quieres llamo a la Japonesa.

- No hace falta. - sonrió. - tengo una americana de primera que supera acualquiera.

- Estás muy enamorado.

- Lo sé.- Jorge cerró el coche y fue hacia Naiara.- Mi vida, cuidado no te ensucies. - la agarró en brazos y le dio un beso en la mejilla. - ve a la capilla con Ruggero ¿sí? Nos vemos dentro de un ratito.- Naiara asintió y fue con Ruggero que la agarró de la mano, junto con Bruno. Jorge suspiró y se dirigió hacia la Iglesia. Abrió las puertas. Todas las miradas se centraron en él. Se adelantó y se situó hacia el altar.

- Siento llegar tarde. - se disculpó, colocándose en su sitio.

Las puertas que conectaban la capilla con la iglesia se abrieron. Todos se giraron. No se veía nada.

- ¿Dónde está? - dijo Jorge impaciente, mirando a Ruggero.

- Ahí. - Ruggero alzó la barbilla. Los ojos negros le brillaron. - es preciosa.- Jorge se incorporó de nuevo y alzó la vista. Martina Stoessel. la niña de sus ojos. No pudo evitar entre abrir la boca. Resplandecía.

- Santo cielo... - musitó, tragando saliva Era la novia más guapa que había visto nunca. La cola del vestido largo se arrastraba un poco por el suelo, acompañando algunos pétalos de rosa. El corsél hacia de su cintura la mejor de las curvas. Sus pechos se alzaban en un dulce envite que Jorge hubiera aprovechado si no fuera por toda aquella multitud de gente. El pelo en un recogido precioso. El sencillo maquillaje, los labios rosados, los ojos húmedos.Afrodita se quedaba pequeña a su lado. El padre de Martina le dedicó una última mirada a Jorge, que lo incomodó un poco. En parte se sentía culpable... había llegado tarde a su boda. Martina sonrió.

- Lo siento... - susurró Jorge, una vez ella estuvo frente de él.

- No pasa nada. - Martina le acarició el pecho. - te perdono porque eres tu...porque es el día más feliz de mi vida, después del nacimiento de Naiara... y por que nos espera la mejor luna de miel en Argentina...- Jorge asintió. Se inclinó hacia adelante.

- No sé qué decirte... preciosa es poco... - suspiró y le acarició el brazo. Ese simple hecho le hizo poner la piel de gallina a Martina.

- Tú vas muy guapo. - sonrió ella, mordiéndose el labio, mirando a Jorge,vestido de clásico, con ese traje gris, camisa blanca, la flor en el bolsillo de la americana.

- Te amo. - dijo él, antes de que el cura se acercara al altar y aclarara la voz.

- Buenos días. - sonrió. - Espero que todo esté bien. - dijo mirando a Jorge y a Martina - estamos todos hoy aquí reunidos...

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