Capítulo 26: Naiara

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Naiara abrió la puerta con puro sigilo. Intentó aguantar el llanto, pero no podía. Sollozó y fue a buscar a su padre. Le movió un poco el brazo. Un puchero automatico se plasmó en su expresión.

- Papá... - dijo con voz temblorosa. Jorge dormía profundamente. Le dio la espalda, sin querer. Naiara suspiró y cambió de lado. Se dirigió a la izquierda y repitió la acción.

- Mamá... - la garganta le escocía, y los ojitos se le llenaron de lágrimas. Martina se sobresaltó. Encendió la lamparita de luz y tuvo compasión hacia Naiara. Le acarició la mejilla.

- ¿Qué te pasa mi amor? - dijo apenada. - estás ardiendo...

- Me duele la cabeza... - dijo la pequeña. Martina se levantó de la cama y cogió a Naiara en brazos. La paseó un poco, para que parara de llorar.

- ¿Qué te duele? - dijo Martina mirándola.

- La cabeza... me siento mal... - sollozó Nai.

- Vamos a ver... - Martina sacó el termómetro de uno de los cajones del tocador. Se lo coloco a Naiara y le aguanto el brazo. - no lo muevas ¿eh? - le sonrió y le besó la frente.

- ¿mmhh? - Martina se giró hacia a Jorge, que se estaba despertando.

- Duerme, cariño. - le dijo Martina. - que no te lo digo a ti.-Jorge se incorporó más y observó el panorama.

- ¿Qué pasa? - dijo aún somnoliento.

- Naiara tiene fiebre. - dijo mirando el termómetro. - justo rozando los trenta y ocho coma cinco grados.

- Dios... - Jorge se levantó y se acercó a ambas. - ¿La llevamos a urgencias?-preguntó, mirando a Martina.

- No, tengo Dalsy, hará que le baje la fiebre y que pueda dormir. Pero mañana mejor no voy a la clínica y me quedo en casa con ella.-Jorge asintió.

- ¿Necesitas algo? - le pregunto a Martina, ladeando la cabeza.

- No, tranquilo. - desapareció con Naiara hacia al piso de abajo, a buscar el jarabe.

Jorge, de nuevo medio dormido, sintió como la cama se hundía por el lado izquierdo. Se incorporó. Naiara quedaba entre él y Martina.

- ¿Dormirá aquí?

- ¿Qué pasa? - dijo Martina acariciándole el pelo a su pequeña, mientras ella cerraba los ojitos y cogía un trozo de camisón de su madre. Le gustaba tener algo fino entre las manos cuando se trataba del sueño, de dormir...- No la voy a dejar en su cuarto, si se siente mejor junto a sus padres.

- Bueno, de acuerdo... - Jorge se tiró un poco hacia la derecha, para que hubiera más espacio. - Vaya nochecita nos espera...- Martina sonrió. Jorge se inclinó para besarla y ella se retiró.

- Que rápido olvidaste nuestra apuesta, cielo.

- Oh jódete. - se dijo a sí mismo. - Encima la apuesta. ¿Sin besarte durante toda la semana? ¿En que estaba pensando cuando te dije que si?

- Mmh... puedes darme el beso y terminamos ahora, pero espero que tengas un buen tanga de hombre... porque me deberás un striptease de los buenos y laaargos.

- ¿Perdón? - se rió él. - ¿Ya volvemos? Yo no pienso ponerme un tanga, bonita. Ve preparándote tú para pasarte por la tienda de Lencería Lucy y doparte bien de prendas sexys...

- ¿A mi? En todo caso no me haría falta comprarme nada nuevo. Me basta y me sobra con mis estupendas prendas ¿o me dirás que no?

- Bueno, si. - sonrió Jorge. - el caso es que ya las tengo todas vistas.- Martina negó con la cabeza y apagó la lámpara.

- Ten en cuenta que tu hija está entre nosotros.

- Lo sé.-Las palabras resonaban en la oscuridad.

- Como la chafes... - suspiró Martina.

- No soy tan idiota.- Martina sonrió.

- A veces tengo mis dudas.- Jorge refunfuñó algo, pero Martina haciéndose la dormida, no le contestó. A veces, parecían ellos los niños. Y no Naiara

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Protegeme 3 - jortini (hot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora