- Recuerda que mañana... - Jorge miró el reloj. De nuevo, ese rápido polvo se había alargado dos horas. - Es decir, hoy... tenemos la cena con mis padres.
- Si, y este sábado, con los míos. - suspiró Martina. - Eh... te recuerdo que mi familia...
- Es especial, ya me lo dijiste. - besó sus labios, y acarició la cintura de ella, desnuda. - Es obvio, por eso ha salido una hija tan especial...
Ella sonrió, pero pronto abajó la mirada. - Pero, cariño, no me refiero a eso. No veo a mis padres des de que me trasladé a Los Ángeles. Ahora ellos vienen des de Canadá para... para que les presente a mi futuro marido, y a mi hija... - suspiró. - Y son... diferentes. Intento que sepas...
- No te preocupes. - dijo callándola con un beso. - Te amo ¿lo sabías?
- No. - dijo ella haciendo puchero.
- Al final si tendré que castigarte por ser mentirosa. - dijo juntando de nuevo su cuerpo desnudo al de ella y apretando una de las suaves y blancas nalgas de Martina.
- Castígame, machote. - sonrió ella. - Ah, por cierto, ni se te ocurra planear la luna de miel. Me toca a mí sorprenderte.
- ¿Más aún?
- ¡Siempre eliges tú los viajes! Me toca a mí.
- Bueno... mientras sea contigo... me pierdo en la nada, si hace falta. - besó su frente. - ¿Y dónde me llevas, mi querida esposa?
A Martina se le puso la piel de gallina al escuchar eso
-No te lo diré, es una sorpresa.
- Vamos, no podré aguantar dos meses... - dijo él, poniendo cara de pena. - ¿Dónde vamos? - sonrió, colocándose encima de ella y mordiendo su tripa.
- ¡Jorge!
- Yo se que te gusta. - dijo rozando su piel con ligeros lametones. - vamos, dímelo, si no...
- ¿Si no que?
- Te torturaré... - dijo empezando a hundir su boca en su entrepierna. - y te aseguro que lo sé hacer...
- No, ¡Jorge! ¡Jorge...! - gimoteó ella. - para, para... - rió. Jorge apoyó su barbilla en su monte de Venus. La miró. Desde allí tenía una visión perfecta de sus pechos.
- Te ves tan rica... - murmuró. - me estoy poniendo muy duro... - dijo acomodándose debajo de la sabana. - mierda, me molesta y todo.-Los dos rieron.
- Vamos... debes adivinarlo... - dijo Martina acariciando su pelo. No se dejaron de mirar. Jorge subió un poco.
- Nos vamos a... Moscú. - dijo besando uno de los pechos. Martina negó.
- No a Rusia, ¿después de todo? Ni loca. - Jorge besó el paso de entre sus pechos, justo donde había una pequeña peca.
- entonces... a Alemania.
- No... - dijo ella sonriendo, disfrutando de sus besos. Jorge siguió besándola, mientras iba nombrando algunos lugares.
- ¿Austria? - ella negó. - ¿China? - los dos rieron de nuevo. - ¿Qué? ¿Japón? - inclinó su cabeza y la miró, volviendo a su altura. - ¿No querrás ser mi geisha?
- Lo soy, cada día. - dijo Martina, acariciando su mejilla. - Y no, no a Japón.
- Buf, pues no sé. - se quedó pensativo. - ¿ne sera pas a France, mon amour?
- Te cómo. - dijo Martina divertida. - tus acentos me ponen. - admitió.
- Oh... ¿des de cuando la pequeña Tini dice tales cosas?
- Desde que dejó de ser tan pequeña. - y mordió una de sus orejas, juguetona. Jorge se rió.
- Para mi sigues siendo mi pequeña. - volvió a morderle la barriga. - Y bien, ¿me dirás a donde vamos?
- Te doy una pista... - dijo Martina medio ronroneando. - No hace falta que te vayas tan lejos... no a la China. - se rió. - Ni a Japón, ni a la India.
- ¿Entonces es por aquí? - sonrió Jorge. - ¿Las Vegas? Oh. - gimió. - mi nena y yo... una semanita en la ciudad del pecado, fantástico. -Martina se rió.
- No, tampoco está tan cerca. - dijo cogiéndolo de las mejillas y estirándose para besarlo.
- Hum... - Jorge agachó la mirada. - No se, vida, se me terminan las ideas. - suspiró. - ¿Miami? - Martina negó. - ¿Cuba? ¿México? ¿Colombia? Son países hermosos. - sonrió Jorge.
- Si, lo sé... te acercas... pero no. - dijo finalmente. Jorge arqueó las cejas.
- Oh, ya se. - sonrió. - Ya se, ya se, ya se...
- Dime... - susurró ella.
- Argentina... - dijo él con un rintintín.
- Premio. - sonrió ella. Jorge la besó.
- Me gusta. - terminó por decir. - me gusta, me gusta mucho.
- Quiero hacer el amor contigo en el interior de las cataratas de Iguazu, visitar san Carlos de Bariloche... alquilaré un chalet allí, para pasar esa Luna de Miel, esplendida, perfecta. - sonrió ella.
- Lo haremos. - reprendió Jorge. - no te preocupes, tu pon el lugar... que yo pongo el resto, gatita.
Bueno este es un nuevo capítulo espero que les haya gustado

ESTÁS LEYENDO
Protegeme 3 - jortini (hot)
AléatoireYa saben sus nombres, ya saben la misión de Jorge Blanco...proteger a Martina Stoessel y ahora a su pequeña niña Naiara. Amistad, romance, peligro, secretos y más cosas se aproximan ¿te animas a ser parte de está nueva etapa en la vida de Jorge Blan...