15 | SANGRE Y SAL

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--- ¿Cómo escapó? --- Miré a Tom que caminaba por la casa, subía las escaleras y yo lo seguía.

--- Bueno, probablemente fue mi querido Lakel, porque él también se escapó. --- Kaulitz se rió.

-- A Scarlet no le gustará nada esto... --- murmuré.

--- Obviamente no, ella fue quien los sacó de allí. --- El dijo.

--- ¿Como puedes estar seguro?

Tom me miró desde la esquina, luciendo un poco irritado por mi lentitud, caminó hacia mí y yo retrocedí chocando con mi espalda contra la pared. Kaulitz se inclinó un poco, acercándose a mi cara y mirándome a los ojos mientras yo respiraba con dificultad.

--- Ya puedes dejar de hacerte la estúpida, sé muy bien lo que pasa por esa cabecita tuya, Violet. --- Me susurró al oído, poniéndome la piel de gallina. --- Tu no me engañas. --- Él sonrió y se alejó rumbo a su habitación.

Me quedé allí procesando y esperando a que mi cuerpo volviera a la normalidad, no podía negar que Tom era un hombre jodidamente hermoso, fácilmente manipularía a cualquier mujer con su belleza. Pero por otra parte era un asesino. Me incliné un poco, viendo la puerta de su habitación abierta, el gemelo se estaba quitando la ropa negra y la ponía en la cama para vestirse más tarde, lo vi quitarse la camisa mientras abría la puerta del baño. ¡El hijo de puta tenía que estar bueno!

Deje mis imaginaciones impuras cuando Tom se volvió hacia mí y sonrió cerrando la puerta, qué carajo. Caminé hasta la sala para esperar que salieran de la casa, todo estaba en silencio y me pareció extraño. Fui al porche y vi el auto de Tom estacionado en la puerta y algunas personas limpiando.

Me detuve a pensar en lo que Tom me estaba diciendo y tenía razón, probablemente fue Scarlet quien sacó a Lakel y Elizabeth de la cárcel, pero ella no puede hacer eso sin una orden judicial, y por qué lo estaba haciendo también era un problema. Miré a mi alrededor viendo secuaces caminando por todos lados con sus perros, era imposible saber cuantas trampas había en esta mansión, varias puertas estaban cerradas con llave y pintadas de negro.

--- Estoy yendo. --- Dijo Tom, bajando las escaleras con su teléfono celular. --- ¡Escuchame! --- Se acercó, tomó mis mejillas y nuevamente me colocó muy cerca de su cara. --- Si intentas algo, el disparo será justo en el medio de tu frente. --- Dijo dejándome ir. --- ¿Entendiste? --- Me quedé callada. --- ¡¿ENTENDISTE?!

--- Entendí.

--- Estamos listos. --- Laila apareció con Bill, llevaba un vestido con un abrigo de cuero y Bill tenía el mismo estilo de siempre.

--- ¿Estás seguro de que no la llevarás? --- Preguntó Gustav.

--- Aún no es el momento. --- Tom me miró.

--- Listo. --- Apareció Georg.

--- Pensaría que sería mejor llevarla, no confío en dejarla sola. --- Le dijo Bill a su hermano. --- Sabes de lo que es capaz Lakel, podría estar en cualquier lugar ahora.

--- Ella no es estúpida, Bill. --- Respondió el mayor. --- Sabe defenderse y aquí tenemos mucha gente competente. Ella no es nada. --- El me miró.

--- Si ella no es nada, ¿por qué no la dejas ir? --- Murmuró Bill, Tom no respondió, apretó la mandíbula y miró hacia afuera.

--- Estamos atrasados. --- Dijo saliendo.

Bill suspiró profundamente y salió de la casa mientras yo permanecía allí en el sofá escuchando los sonidos de los autos alejándose.

Me levanté acercándome a la ventana viendo que ya no había ningún auto allí, salí a buscar un poco de agua y me dirigí a mi habitación rápidamente cerrando la puerta y tomando el cuchillo, agua y sal y colocándolo sobre mi cama. Me quedé allí mirando las tres cosas, preguntándome si eso era lo que iba a hacer. Algunos podrán pensar que hubiera sido más fácil si simplemente fuera al baño, pero ya había ido y nada, así que ahora tengo que quitarlo de en medio.

ᴛɪᴛᴀɴ¹ | Tom Kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora