31 | YA VEREMOS

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𝗣𝗢𝗩 𝗧𝗢𝗠 𝗞𝗔𝗨𝗟𝗜𝗧𝗭 

2006

--- Está mejorando, ¿no? --- Preguntó mi madre mientras veíamos a Bill girar su auto en medio del camino hacia nuestra casa.

--- Si. --- Respondí seriamente.

--- Tom, por favor no actúes con tanta frialdad mientras tu padre esté aquí. --- Preguntó, mis brazos se apretaron mientras estaban cruzados sobre mi torso.

--- No sé por qué tiene que estar aquí, es una maldita sanguijuela. --- Hablé enojado con mis ojos fijos en Bill.

--- Pero sigue siendo tu padre y, nos guste o no, es un Kaulitz. --- Mamá me respondió con rigidez. --- Tu hermano será el nuevo jefe y eso pronto cambiará.

Me quedé en silencio sin mirarla, sabía muy bien que los planes de mi padre nunca fueron que Bill fuera el líder. Siempre decía que heredé sus maneras inteligentes y las de mi madre y que a veces ni siquiera parecía ser el gemelo de Bill. Pero nunca quise este puesto e incluso me alegré de que eligieran a mi hermano. Normalmente mi padre volvía a casa sólo para conseguir dinero y luego se iba como si no fuéramos nada. Esto me irritó muchísimo.

--- Tenemos que cambiar de recorrido, el coche va muy mal en las curvas. --- Dijo Bill acercándose mientras se arreglaba el cabello, llegó con una amplia sonrisa y pasos rápidos.

--- Lo resolveremos, hijo. --- Mamá le sonrió, tocándole la nariz en gesto de cariño.

--- Cada día es mejor, hijo. --- Escuché la voz de nuestro padre, puse los ojos en blanco y me giré viendo su cuerpo acercándose a nosotros.

--- Mamá me dio algunas lecciones. --- Él sonrió y le dio un abrazo.

El mayor me miró mientras yo permanecía serio. Siempre fui hijo de papá cuando era más joven, pero hoy creo que hubiera sido mejor no haber tenido nunca un padre.

--- ¿Y tú, Tom? --- El me miró. --- ¿No te fascina correr?

--- No, prefiero las motos. --- Respondi con la voz grave.

Notó el desprecio en mi tono, dio un leve suspiro y se humedeció los labios. El ambiente se volvió tenso y Bill me miró con ganas de asfixiarse. Me quedé con los brazos cruzados, manteniendo contacto visual con el mayor, mi madre me tomó del hombro mientras me acercaba.

--- Nos vemos en la oficina. --- Me anunció alejándose de nosotros.

Resoplé, pensando que era una charla inútil, ¿quién era él para darme órdenes y todavía pensar que perdería el tiempo con él?

Mamá me miró como diciendo que debería irme. Miré a Bill quien la miraba con la misma expresión, ya que siempre estaba más apegado a ella. Él no sufrió cuando nuestro padre se fue, pero vi mucho de mí en él, quería ser él, pero luego vi que él sería la última persona que querría ser cuando fuera adulto.

Giré mis talones y los dejé allí en silencio. Entré a la mansión y subí las escaleras hasta la oficina. No llamé a la puerta, simplemente entré y lo vi sentado en la silla de mi madre. Cerré la puerta detrás de mí y me acerqué con las manos en los bolsillos.

--- ¿Que quieres? --- Le pregunté mirándolo de pie, él se movió en la silla, recostándose.

--- Sabes tan bien como yo que tu hermano nunca será un líder, no de un Kaulitz. --- Él respondió, dejé escapar una risa irónica pasando mi lengua por mi piercing.

--- Él lo será, si el no lo es, nadie lo será. --- Hablé con indiferencia, manteniendo mi postura.

--- Tu lo seras. --- Él sonrió igual, sabiendo que nunca querré este puesto.

ᴛɪᴛᴀɴ¹ | Tom Kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora