27 | MANTENTE ALEJADO

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*Capitulo con contenido sexual*

--- Fuiste tú, ¿no? --- Tom apretó mi cuello, hirviendo de ira mientras yo apenas lograba sonreír.

--- ¿Y de ser así? --- Lo provoqué.

Había visto una mancha de sangre en mi ropa y llegó a la conclusión de que había matado a tres tipos, aunque en realidad no lo había hecho. El problema era que Tom tenía un temperamento muy sensible y si algo salía mal, enloquecía. Mi plan de manipularlo amenazándolo no estaba funcionando, así que noté sus comportamientos extraños, como mirarme cuando duermo, ponerme nerviosa o ansiosa cada vez que me acerco o preguntarme si tuve relaciones sexuales con Bill. Y todo ello tenía un solo signo: el interés.

--- Tendré que castigarte por esto. --- Él sonrió, apretando mi cuello con más fuerza. Kaulitz miró hacia un lado y vio a Bess mirándonos con los ojos muy abiertos.

--- Perderás tu tiempo, tengo una misión que cumplir. --- Yo murmuré empujandolo hacia atras.

--- ¿A dónde crees que vas?

--- Me dijiste que fuera con Bill, ¿no? --- Me burlé rápidamente subiendo las escaleras, escuché los pasos de Tom correr detrás de mí, me desesperé y corrí por el pasillo hasta llegar a mi habitación, intenté cerrar la puerta pero Tom chocó con ella haciéndome retroceder.

Sonrió y cerró la puerta.

--- Te gusta burlarte de mí, te conozco mucho antes de que tú me conocieras, Violet Arvin.

--- TomTom. --- Me reí. --- Quítame toda la ropa y todavía no me conocerás lo suficiente.

--- ¿Enserio? --- El trenzudo se acercó con pasos lentos y ligeros. --- Bueno, eso creo que no. --- me susurró al oído, haciendo que mis piernas se entrelazaran para que no sintiera placer. --- ¿Ya? Pero ni siquiera hice nada.

--- Llevas tantos días sin sexo que probablemente ni siquiera sepas cómo hacerlo.

--- ¿Y quién te dijo que tendré sexo contigo? --- Me miró con su rostro cerca del mío.

--- ¿Y necesito decirlo? --- Lo provoqué.

Tom suspiró profundamente, mojando sus labios mientras tocaba su piercing con su lengua, un golpe bajo. Llevé mis manos a su abdomen y pasé suavemente mis dedos por ese lugar mientras Kaulitz permanecía quieto e inmóvil. Él era sensible a mis toques y cada vez que levantaba mis dedos él temblaba un poco, llevé mis manos a la parte posterior de su cabeza y lo acerqué.

--- Tienes el síndrome de Estocolmo, Señorita Arvin. --- Tom me susurró al oído, mordisqueándolo.

--- Es simplemente placer. --- Respondí y Tom atacó mis labios en un beso lento, no era como el de Bill que contenía placer, era algo delicioso y que te hacía querer más.

Es sólo un plan, Violet. ¡Es sólo un plan!

Tom levantó su mano hasta mi nuca, entrelazando sus dedos en los mechones de mi cabello y me acercó, me levantó en su regazo y me llevó a la cama, colocándome debajo de su cuerpo, rasgó mi blusa y Rasgó los botones de mi chaqueta, me quitó los pantalones lo más rápido que pudo y se detuvo para mirarme. Sus ojos bajaron a mi entrepierna y se detuvieron en la cicatriz de Bill, se rió, tocando el dibujo, poniéndome la piel de gallina.

--- ¿Alguien ha estado aquí antes? --- Dijo Tom y yo ya temí lo peor, lamentando amargamente haberlo provocado. Empujó mis bragas ligeramente hacia un lado y pasó dos dedos por mi zona íntima. --- Húmeda. --- Él sonrió victorioso, pasando sus manos por mi muslo, quitándome la prenda, dejándome solo con mi sostén, que pronto terminó en el suelo.

ᴛɪᴛᴀɴ¹ | Tom Kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora