40 | EQUIPO CERO

501 50 0
                                    

--- ¿Grave? --- Miré a Georg, que tenía la nariz llena de grasa y estaba tirado en el suelo arreglando el coche de Tom.

--- Sí, a mi padre siempre le gustaron los coches. --- Él se rió, volviendo a jugar con algunos tornillos.

--- A los cuatro años estaba saliendo de los pañales. --- Me reí, moviendo mis pies un poco nerviosamente.

--- No has cambiado mucho hoy en día, ¿verdad? --- Me provocó y le di una patadita en la pierna.

--- Vete a la mierda. --- Le mostré el dedo medio, haciéndolo sonreír. --- ¿Donde esta Tom?

--- ¿Qué preocupación es esta? --- Bromeó Georg, con un tono sospechoso en su discurso.

--- Ninguno, sólo necesito hablar con él.

--- No han pasado ni cinco minutos desde que se fue de aquí. --- Él dijo.

--- Está bien..... --- respondí, intentando reformular alguna respuesta concreta. --- Pero tengo que mantenerlo informado de lo que pasa, ¿no?

--- Aja... No los entiendo a ustedes dos. Hace unas semanas sólo querian arrancarse la cabeza unos a otros, un tiro en la pierna, un susto en la cabeza, un "vete a la mierda", un "que te jodan". Y ahora es sólo amor y preocupación el uno por el otro. --- Dijo levantándose y deteniéndose frente a mí, mientras se limpiaba las manos con un paño que estaba todo sucio de los autos. --- Sin mencionar que traicionaste a tus hermanas por él, ¿verdad? Y el dio su vida por ti.

--- Es solo agradecimiento. --- Negué con la cabeza.

--- Sabes que no lo es. --- Sonrió, malicioso y directo. --- Nunca había visto una historia romántica como esta, donde el villano se enamora de la chica con piel de oveja que lo deja más débil que una nube. O el villano que termina involucrándose con la persona que quería muerta. --- Miró fijamente al suelo, pareciendo pensar.

--- Aprendí a vivir con ello, eso es todo.

--- Aprendiste a VIVIR con ello, es muy diferente. --- Él rió.

--- ¿Vas a jugar a Cupido ahora? --- Lo miré burlonamente, con las manos apretadas en los bolsillos.

--- Sólo te estoy diciendo lo que quieres oír.

--- Hablaste de preocupación, pero ¿cuándo se ha preocupado Tom realmente por mí? --- pregunté, sin querer respuesta.

--- Emmm... --- pensó Georg. --- Cuando te disparó, te vigiló todas las noches mientras dormías sólo para asegurarse de que no perdieras sangre. O cuando te dio ese shock en la cabeza, te compró algunos de los medicamentos más caros. O cuando te protegió del ataque de tus hermanas...

--- Él provocó todo esto, el disparo en la pierna, él mismo me lo hizo. La descarga, el me electrocutó. Tom siempre me pone en peligro y al final me salva para que no se sienta culpable.

--- Por eso te gusta. --- Continuó. --- Porque sabes que el único que te salvaría es él, aunque sabe la carne podrida que eres.

--- Él no es un santo.

--- Quizás solo quiere demostrarte que ser el villano no es bueno, ¿sabes? Él no eligió estar aquí, no eligió hacerte daño. Pero necesitaba, al menos demostrar que no se preocupa por ti, porque está obligado a no sentir nada. --- Georg me volvió a dejar sin palabras y salió del garaje dejándome allí solo.

Esas palabras me golpearon como disparos, no quería que fueran verdad. Pero lo fue. Vine a matar a Tom, porque era un monstruo, porque no tenía piedad ni sentimientos. Y cuando lo veo, me encuentro con un hombre reprimido, un hombre que lo siente todo pero no puede mostrar nada. Un hombre que sólo quería ser...normal. Por boca ajena siempre pensarás que es un asesino a sangre fría, un psicópata sin cordura. Pero luego lo ves y encuentras lo que no esperabas encontrar. Sólo dolor y sufrimiento.

ᴛɪᴛᴀɴ¹ | Tom Kaulitz. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora