CAPITULO 54

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-Tengo un hijo tan guapo- comentó la madre de Vegas cuando llegó a la cocina por la mañana.

-Tenías razón, le queda muy bien mi ropa, ahora veo esos beneficios de que pagabas un gimnasio- dijo su padre bebiendo de su taza de café.

-No exageren, me siento extraño, tenía años sin usar ropa de este tipo- tomó asiento recargando la bolsa de palos en la silla sobrante. 

-¿Pero aún recuerdas como jugar?- preguntó su madre con duda.

-No se le puede olvidar, nuestro hijo nació con talento para todos los deportes, todavía recuerdo lo fácil que fue para él aprender la postura ideal.. pudiste ser profesional- dijo su padre.

-Dices eso sobre todo lo que hacía de niño papá- rodó los ojos. 

-Es que es cierto... ganaste muchas competencias- soltó un suspiro- Y mírate, te ves como un hombre adulto..- 

-Soy un hombre adulto- dijo frunciendo el ceño.

-Para los padres siempre se ven indefensos los hijos, ya lo experimentarás por tu cuenta- advirtió su madre. 

-Supongo que si- respondió sonriendo.

Minutos después recibió la llamada de su abuelo, avisándole que estaba afuera de la casa, esperando en el auto. Vegas se despidió de sus padres antes de salir, reconoció el auto de lujo en color negro, subiendo en el asiento trasero, donde le abría la puerta el chofer que llevaba a su abuelo a todos lados. 

Le contó el plan, primero jugarían un poco de golf en el Club Campestre, donde era socio su abuelo; después de fomentar la amistad y bromear un poco, los llevaría al propio restaurante del club, en el cual el desayuno también correría por parte de la membresía del mayor, sin duda era un gasto significativo, aunque viendo las ganancias que tenía la empresa, a Vegas le quedaba muy claro que para su abuelo no eran cantidades exageradas en absoluto, podía cubrirlas como si nada.

Bajaron en el estacionamiento del lugar, con el chofer cargando ambas bolsas de palos de golf, Vegas tomó la propia, no le parecía justo que el hombre cargara doble cuando él si podía llevar lo suyo. Al parecer eran los primeros en presentarse, aún no era la hora acordada.

-¿Todavía recuerdas este lugar?- preguntó el mayor avanzando hasta una zona con mesas de jardín.

-Claro que sí, aquí hacían sus ridículas fiestas de cumpleaños esos niños, lo recordaba más grande- comentó dejando por ahí su bolsa de palos y tomando asiento. 

-Eras muy pequeño la última vez que te traje aquí... Supe que participabas en concursos cuando ibas en la preparatoria- 

-Si pero no practicaba aquí, la membresía es ridículamente costosa- negó con la cabeza.

-Pero podías entrar con la mía, eres mi familiar sanguíneo directo, estás autorizado- comentó- Si algún día te interesa usar las instalaciones, solo dímelo, te daré la tarjeta adicional- 

-No, no me interesa, gracias- jugó distraído con los guantes blancos propios del uniforme. 

-Estas actividades son muy sanas, no te estoy diciendo que te forzaré a convivir con las mismas personas Vegas, piensa en tu propio hijo o hija, sería lindo que..- fue interrumpido.

-No- dijo cortante- Te dije que no puedes interferir en como vaya a criar a mi propia familia, no lo voy a traer a conocer a mas niños presumidos y pretenciosos que lo intentarán humillar  comparando marcas de ropa y esas cosas- 

-Vegas.. sé que tal vez no me crees, pero aprendí mi lección, sólo digo que es un sitio con la suficiente privacidad y seguridad para enseñarles deportes, si no le gusta, claro que puedes no traerlo más... pero no le niegues la oportunidad de estas comodidades- comentó en voz baja.

Don't fight the feelings (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora