La gente caminaba de un lado para otro con jarras y platos en mano; a veces con canastas llenas de frutos o cubiertos. Una chica se detuvo frente a nosotros justo cuando íbamos a la mitad del camino.
—Princesa ¿Recuerdas a la hija de Σfαδε? —me preguntó Μεπεσ.
Lo pensé por un momento...
—¿Αηατενκα?
Ella asintió orgullosa con la cabeza.
¡No lo podía creer! ¡Yo la había conocido cuando era tan solo una niña! Frente a mí tenía a toda una señorita.
—Es un placer volver a encontrarme con usted, princesa —dijo la aludida con una leve reverencia—. La noticia de que ha sufrido varios ataques ya ha llegado por esta parte de la cueva... y... —vaciló tímidamente antes de continuar— Me parece que ha sido muy valiente.
Sonreí al tiempo que inclinaba la cabeza a manera de agradecimiento.
—Gracias por tus palabras, Αηατενκα. Pero nada hubiera sido posible si no hubieran intervenido estos dos muchachos —contesté, refiriéndome a Μεπεσ y Σs'κα.
Aηατενκα sonrió dulcemente deteniendo su mirada por un momento más en Σs'κα. Entonces se volvió hacia mí.
—Se ve cansada, princesa. Su baño está listo y después daremos inicio a la última cena antes de la partida de nuestros guerreros —me informó dedicándome una sonrisa abierta y cargada de complicidad—. Mis compañeras la lavarán y le ayudarán...
Miré a Μεπεσ de soslayo indicándole que me bajara. Él vaciló antes de obedecerme, pero finalmente mis pies tocaron suelo y coloqué una mano sobre el hombro de Αηατενκα.
Ella me miró sorprendida.
—No te preocupes, Αηατενκα. Yo puedo sola.
Ella sonrió ligeramente mientras me ayudaba a mantenerme en pie. Aquel rostro aniñado no había cambiado tanto desde la última vez que la había visto, aunque esa última vez había sido hacía más de doscientos ciclos lunares*.
—No estoy muy segura de poder confiar en su palabra, princesa, pero, si algo sucede, no dude en gritar, porque estaremos alerta —aseguró al tiempo que me guiñaba un ojo y volvía a su trabajo dejándome entre los brazos de Μεπ.
Juntos caminamos hacia una nueva puerta. Lentamente mis pies volvieron a tomar ritmo y pronto ya podía caminar sin ayuda. Cuando cruzamos el umbral de la misma, entramos a otro pasillo oscuro, pero la mano de Μεπ estrechaba la mía infundiéndome seguridad. Y después de un largo recorrido, una luz se vio a lo lejos.
Continuamos caminando hasta cruzar una nueva puerta que nos dio paso a un recinto gigantesco donde había un manantial de aguas tranquilas que se conectaba a diferentes estanques humeantes.
Miré a Μεπ con el ceño fruncido.
—Te entregaré los jabones que usamos aquí. Puedes lavar tu ropa y dejar que se seque en la esquina de allá —me instruyó señalando un cráter al otro lado del lugar—. Mientras te bañas quedará seca y podrás usarla sin esperar tanto.
Asentí con la cabeza.
—Entonces te dejo, princesa. Te mandaré a alguna de las chicas con los jabones ¿Bien? —asentí por segunda vez— ¡Tú relájate!
Suspiré.
—Gracias, Μεπ, me alegro muchísimo de haberte encontrado —dije con un hilo de voz.
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⌘Cαżαdοrα εrrαητε⌘
FantasyMi brazo estaba marcado. Allí, incluso de lejos, se veía la marca plateada, que cruzaba como una enredadera por mi brazo, comenzando desde mi palma hasta mi hombro. Era la marca de un cazador. Mi tribu por generaciones había puesto esa marca a los...