Y sin perder más tiempo, salimos corriendo hacia el puente, mismo que temblaba peligrosamente.
Una furiosa ola revolcó las sogas que lo sostenían, rompiéndose entonces de un lado. Divisé al otro lado una silueta humana que parecía hacernos señas.
Σs'κα aceleró el paso.
¡Era una tristeza enorme saber que aquel hermoso lugar sagrado caía en pedazos! Aquel pensamiento cruzaba por mi cabeza cuando llegamos a pisar el primer madero. Y de zancadas estuvimos a punto de alcanzar la mitad, pero obligué a Σs'κα a parar de improvisto antes de que otra gigantesca piedra cayera sobre nosotros.
-¡No, princesa!- gritó viendo cómo la piedra partía los maderos y por ende el puente- ¡Hubiéramos logrado pasar!
Entonces Σs'κα saltó al pedazo de piedra gigante y corrimos. Yo nada más sentía cómo mis entrañas se revolvían y las mariposas revoloteaban en mi estómago al ritmo de la caída temblando por dentro por la simple idea de que en cualquier momento terminaríamos en lo más profundo de las furiosas aguas que revolcaban todo a su paso.
-¡Salta!- dijo.
Y sin siquiera calcular salté con él a la nada gritando desesperada.
-¡Nos vas a matar!
Cerré los ojos con fuerza, pensando en lo loco que estaba Σs'κα si pensaba que nadando saldríamos de allí.
Pero contra mis sospechas, mi burbuja chocó con la pared de piedra, haciéndonos rebotar.
Nos quedamos colgando. Me aferré a la cintura de Σs'κα con fuerte desesperación y abrí los ojos para ver qué era lo que nos sostenía. Y entonces entendí qué era lo que Σs'κα pretendía. Con la soga del puente que había partido el techo de piedra todavía teníamos oportunidad de escalar hasta la puerta con ayuda de los maderos rotos.
Sentía su fuerte brazo alrededor de mi cintura. Era tan firme que supe que no caería y sin perder ni un instante más, me sostuve de un madero roto y me así del siguiente.
Empezamos a escalar a pesar de los fuertes temblores y las piedras que caían. Pero no sabía si mantener las esperanzas, pues la pared parecía a punto de derrumbarse y el camino que nos faltaba todavía era largo.
-Lo vamos a lograr- dijo Σs'κα a pesar del estruendo como si hubiera leído mis pensamientos.
Y envalentonada por su optimismo, apreté el paso.
De pronto, al mirar hacia arriba descubrí que otra piedra caería sobre nosotros y Es'κα no traía protección...
Me abalancé sobre sus hombros, aferrándome a su cuello.
La burbuja nos protegió a los dos, haciendo que la piedra rebotara y cayera a las turbias aguas.
-Gracias- musitó con la voz entrecortada.
Demoré unos instantes en recuperarme. Entonces volvimos a la acción, cuando una de las sogas se rompió. Ambos aceleramos el paso. Íbamos a tal velocidad, que mis brazos empezaron a arderme al igual que mis piernas; subir se había vuelto más difícil a causa de la nueva inclinación de los maderos, que tendían más hacia el agua. Así que Σs'κα dejó que yo pasara primero, pues sólo había espacio para uno.
Y allí ocurrió la desgracia.
Cuando me disponía a tomar el siguiente madero, éste se rompió y caí.
-¡Princesa!-gritó Σs'κα.
Fue tal mi miedo que sentí como si mi corazón se hubiera quedado en mi antiguo paradero. Y desesperada, intenté asirme a lo que fuera, pero el sudor en mis manos me hacía resbalar hasta que finalmente sentí cómo mi pierna chocaba con su cabeza y ambos nos precipitamos hacia abajo. Fue como un milagro de los dioses, cuando Σs'κα logró sostenerse de la única soga sobrante y tomó mi mano antes de que fuera más tarde aún.
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⌘Cαżαdοrα εrrαητε⌘
FantasíaMi brazo estaba marcado. Allí, incluso de lejos, se veía la marca plateada, que cruzaba como una enredadera por mi brazo, comenzando desde mi palma hasta mi hombro. Era la marca de un cazador. Mi tribu por generaciones había puesto esa marca a los...